miércoles, 5 de agosto de 2015

EL JOCKEY DE KURDO, SEMILLETA y GRAN SECRETO SE MARCHÓ A REPARTIR "SONRISAS" HACIA EL CIELO


Murió hoy por la tarde en la ciudad de San Bernardo, en su Chile natal y a la edad de 77 años, el ex jockey Carlos “Sonrisas” Pezoa, luego de resistir todo lo posible una dura enfermedad.

Hacía algunos días que extrañábamos su saludo de feliz cumpleaños, infaltable para sus colegas de ayer y de siempre. Pero Dios se llevó a su seno a un piloto clásico de excepción, que se había forjado del otro lado de la cordillera a la par de colosos de la talla de Héctor Pilar y Fernando Toro; en la cruz del crack invicto Figurón.

Monta oficial de “Pochi” Etchechoury –quien lo trajo del vecino país- y del Haras Rosa del Sur, también dirigió a muchos pensionistas de Tomás Arana, “Cacho” Pascual, Vicente Santos, Guillermo Wagner, José Fregonese, Don Juan Alberto Maldotti, Jorge M. Ferro, Víctor Reviriego, Julio Corte, Miguelito Schuh, Telmo B. Míguez, José B. Irazusta, “Titín” Padula o Eladio Labrador, por nombrar algunos.

Lo recordamos a bordo de los fenomenales Distel, Jungle Duchess y París; de los galopadores Sin Bluff, Barrabás, Doctor Popó, Morón, Francoville, Especulante, Palafox y Parloteo; obteniendo el Gran Premio Carlos Pellegrini de 1974 en la silla de Gran Secreto, el República Argentina con aquel hijo de Hawaiano llamado Habanico, la memorable Polla de Potrancas con Strong Sun… o el Gran Premio Selección apiladito en Love’s Hope, del stud “Los Sauces”; con los notables milleros Kurdo, Semilleta –largaba parada y arriba era una aplanadora-, Seep y El Revoltoso; con los sprinters Verneuil, Clear Sun, Royal Debonair, Thaut y Montebello –con éste obtuvo el Internacional de la recta en San Isidro-; "up" de Silka, Blomberg, Aterradora, Discothéque, Almería, The Loja, Vardevú, Asian Love, Sinful, El Vivaracho, Mía, Tower Bridge, Pura India (la Incaico sureña); el Joaquín S. de Anchorena en las riendas de Gustón…

Se desempeñó en Argentina durante las décadas del ‘70 y ‘80, ganando tupido en una época de eximios jinetes, como el “Topo” Sanguinetti, Jara, Cosenza, el “Chato” Centeno, el “Patito” Costantino, “Pepe” Figueroa, “Coco” Tárrago, Ever Perdomo, Aníbal Etchart, Justo Torres, el “Galgo” Libré, “Semilla” Domínguez, Oscar Zapata, “Rabanito” López, Alberto Plá, Rubén Laitán, Galloso, el “Tano” Mezzotero, Luisito Alzamora, Miguel García, Marina, el “Ruso” Jarcovsky, el “Turco” Sahagián o la “Fiera” Maciel.

Al realizar una imperfecta recorrida por su trayectoria es sencillo estremecerse ante tantos torrentes de gloria reverberante, paradigmas de una etapa sublime de nuestro turf. Allí brilló Carlos Pezoa Riveros, con ese gesto entrador de su rostro que lo inmortalizó entre la afición porteña y sólo reflejaba la cordialidad de alma de quien profesaba por el trabajo una sagrada contracción. La de un profesional serio al mil por mil, embajador de la hípica chilena y sudamericana en el mundo.

Esa sonrisa natural, cristalina, ya le abrió las puertas de un sector del cielo reservado a los grandes de todos los tiempos.

Pablo F. Gallo - Todo a Ganador

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