domingo, 7 de junio de 2015

American Pharoah, el nuevo prócer de la hípica



El caballo estadounidense alcanzóla gloria máxima del turf mundial, ganó el Belmont Stakes (G1-2400m) y obtuvo la triple corona, hecho que no sucedía desde 1978.

Se terminó el maleficio, se acabó la sequía, finalizó la espera. Tuvieron que pasar 37 años de múltiples desazones, tragos amargos y tristeza. American Pharoah culminó con la racha negativa y se convirtió en el nuevo héroe de la hípica internacional. El hijo de Pioneerof The Nile llegó a lo más alto, lugar que luego de este logro, nunca dejará. El ahora triple coronado, convirtió a Belmont Park en el lugar más ruidoso de la tierra, los gritos de todos los aficionados a lo largo del planeta quebraron más de una voz, y rompieron en llanto. Eso significa este logro, que roza lo imposible.

El caballo guiado por el mexicano Víctor Espinoza hizo todo a voluntad en la carrera, largo un poco retrasado pero instantáneamente tomó la delantera. Luego de eso marco parciales fáciles, en los cuales no fue presionado. Con un desarrollo a su merced, ganó sobrando por un margen de 5 ¼ cuerpos sobre Frosted (Tapit), dejando a Keen Ice (Curlin) tercero. Cabe destacar que los últimos tramos el caballo no mostró ningún tipo de desgaste, con una zancada más veloz que la otra. Su preparador el canoso Bob Baffert reflejó una serena felicidad, alegando que tras vivir muchas situaciones similares y con el paso de los años, se toma los momentos felices de otra manera. Los que si mostraron toda su alegría fueron sus propietarios, los Zayat, que explotaron en emoción y adrenalina tras el triunfo de su crédito. Un momento singular fue la entrega de premios, donde después de casi cuatro décadas, un propietario pudo levantar el trofeo de la triple corona, el más codiciado y anhelado en el deporte.



El “faraón” llegó a la cima, alcanzo el pico que ningún equino lograba desde Affirmed, escribió su nombre en las páginas doradas del olimpo hípico. Cerró su primer libro, donde la historia tuvo el final más ansiado.  Sus días en las pistas por ahora no han acabado, se espera que siga hasta la Breeders’ Cup (G1-2000m) donde posiblemente culmine su etapa corredora y mantenga su imagen allí arriba, por encima de las nubes. Su futuro a largo plazo será en el Ashford Stud, donde servirá y esparcirá toda su generosidad. Lo cierto es que gracias a él, el turf volvió a sonreír  y su nombre jamás será olvidado.  



Patricio Rivadeneira

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