viernes, 28 de agosto de 2015

El turf sigue cuesta abajo porque el burrero es un tremendo cagón



Y bueno viejo. Si estás leyendo esta nota es porque ya me leiste antes, y si es así ya sabés que no me caben los eufemismos.

Los Pingos de Todos no tiene ningún vínculo comercial lo que le permite mantener una mirada independiente aunque conozco perfectamente que ese hecho no implica necesariamente tener la razón. Esta página ha sido en los últimos ocho años un espejo donde mucha gente de la actividad se ha sentido identificada. Quizás no más que eso pero nada menos.

Los Pingos es anti sistema no porque mi pensamiento esté dominado por un espíritu anarquista sino porque el sistema que lo maneja está repleto de mierda. 

Hace algunos días propuse un boicot a la reunión del Hipódromo de La Plata del jueves 10 de setiembre con la exigencia de un plan para la reparación integral de la pista del Hipódromo de La Plata. ¿Hay alguien que pueda estar en desacuerdo con la necesidad de concretar esa obra? Sin embargo la repercusión es poca entre los aficionados y propietarios y nula entre periodistas y difusores de la actividad. 

El Hipódromo de La Plata según la estadística elaborada por Criadores recibió en los primeros siete meses del año sesenta millones de pesos - si, 60.000.000 - a los efectos de ser destinado por la Ley del Turf a infraestructura, sin embargo en el mejor de los casos, por cuestiones burocráticas, ese dinero se encuentra en poder de alguien o algo. ¿Donde? ¿Quien? Nadie lo sabe. El dinero del subsidio es de todos pero no hay explicaciones.

Por supuesto cuando se mate un jockey o se rompa un animal por el estado de la pista todos se rasgarán las vestiduras. ¡Que barbaridad! ¡Esto no puede seguir! Puede viejo. Claro que puede. 

Si sos un tremendo cagón y no sos capaz desde el medio que manejas de hacerte eco de la propuesta. 

Si sos un tremendo cagón y lo único que te importa es no dejar de apostar aunque sea por una reunión.

Si sos un tremendo cagón y no sos capaz de no anotar una fecha porque justo salió una carrera para tu caballo.

Si sos un tremendo cagón y te vas a subir al caballo igual con la excusa que tenés que comer.

¿Vos no sos así? Al que le quepa el sayo que se lo ponga.

Cuando te metas las revistas en el tuje porque se suspendió la reunión; cuando te metan un caballo fantasma o se te queden con la guita de los pozos; cuando tu caballo sea sacrificado por una lesión o cuando vos o alguno  de tus compañeros se peguen un palo y queden postrados o se maten sabé que vos fuiste cómplice. Sí vos.

Creo en la revolución del turf como único medio para provocar cambios. Una revolución popular de los que verdaderamente manejamos la batuta para poner a los que se creen directores de la orquesta quien es el que manda y quien es el mandado.

Una revolución pacífica y silenciosa. Una revolución sin dirigentes ni líderes. 

Cagones abstenerse.

Lopecito

4 comentarios:

  1. Cuando pienso que el turf no es una isla. los hechos me convencen cada día más de mi acierto en el pensamiento. Lamentablemente el turf cayó en manos de la política. Por errores de quienes estuvimos años relacionados, de una u otra forma al mismo, por befas por nefas, pero somos políticamente dependientes. Los que dirigen el hipódromo hoy, mañana pueden aparecer en cualquier otra dependencia. No interesa si triunfaron o perdieron en su intento, continuarán su campaña política en otro lugar con suerte variada aunque con renta segura. Entrar por la ventana al turf en algunos casos significa ser solidario con el proyecto o con la causa emprendida. Pocos valen experiencias, condiciones para desempeñar el cargo. Total asesores se encuentran de sobra y a muy bajo precio. Resultan lo que en la Armada se les llama los Prácticos, que esperan al buque que entra a puerto millas antes para marcarle el camino hacia el destino buscado. El turf cayó en la necesidad de Prácticos que cumplen su función aunque dependen del Capitán del barco que es quien elige el destino marcado, el "amarre" a puerto. El verdadero turf no conoce de amarres, conoce sus distintos oficios, sus profesiones artesanales. Jockeys, entrenadores, peones,domadores, veterinarios, empleados conocedores de una materia no tan fácil de manejar, mano de obra especializada en turf, en pistas, en mantenimiento en general, comienzan a padecer las consecuencia de las mareas embravecidas en las que pueden llevarlos a desaparecer si el Capitán pierde el rumbo. Las boyas están encendidas, los faros iluminan el tráfico. Dependemos todos del saber interpretar la brújula por la cual se orienta el Capitán del Barco. De lo contrario el naufragio puede ser más que una opción real.

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  2. El turf está de luto. Una de las más prestigiosas páginas de turf del continente, a partir de hoy dejará de verse en la edición papel de LA NACION. El diario de los Mitre, señero en este tipo de actividad en lo que a periodismo de turf se trata,.pasará a tener su sitio en internet en el espacio Canchallena con apéndice en Más Deportes. Demás está decir que el periodismo de turf achica sus fuentes una vez más con la desinformación global y el peligro acecha a los integrantes de la página que ojalá conserven su puesto de trabajo. Analizar la medida es materia de expertos. Quienes llegamos a esta actividad motorizados por la pasión, y logramos transcurrir nuestra vida laboral útil, en la misma, nos cuesta asimilar un golpe de knock out a la pasión que por el turf sentimos. Lo sufrimos en carne propia cuando Clarín marcó el sendero, por ende conocemos lo que se siente en estos momentos para quienes se ven afectados directamente por la probable pérdida de su fuente de trabajo o quizás el pase a un destino desconocido, en el mejor de los casos, visto desde el ángulo sólo laboral. En el aspecto pasional se tridimensiona esa carencia en quienes volcaron todas sus fuerzas y esmero en aquello que su pasión les dictaba. La afición, al revés que en la letra del tango LEGUISAMO SOLO, la BARRA COMPLETAMENTE DESAGRADECIDA.

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  3. Nadie te va a dar pelota, porque los apostadores son en su mayoría enfermos ludópatas, que no les importa si lo que corre es un caballo, un perro o un camello. Tampoco le importa si se mata un jockey o un animal, ni el estado de la pista, ni nada. Lo único que le importa es apostar.

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  4. Comentarios pelotudos cómo el último hay en todos lados.

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