Lamentablemente nuestro turf no está atravesando por su mejor momento. Quizás lo mismo sea producto de todo lo que ocurre en una sociedad que está inquieta, intranquila, sospechosa, desconfiada, nerviosa, irritable y arrastra a una actividad que se caracterizó por ser durante años un oasis en un desierto de temporales de arena bravos.
Quien escribe era de los que se jactaba que en el hipódromo, en momentos dificiles, de violencia, reinaba la paz. Más era común escuchar que cuando había receso futbolístico, era posible que la actividad se viese en algún momento alterada. Ocurría eso rara vez. Pronto llegaba la normalidad.
Al aficionado a las carreras se le consideraba como un espectador "manso", respetuoso, sólo algún epíteto grosero a causa de discrepancias con algún jockey por errores cometidos, pero jamás reinaba la desconfianza. Existía pleno respeto en las decisiones de los jueces a quienes se les consideraba personas honorables.
El starter era poco menos una institución en un momento donde las largadas se realizaban por cintas y podía caber la existencia de jockeys ventajeros o hábiles para sacar ventajas de las mismas. Realizaban su tarea ad honorem y pasaban años en su función.
Los miembros de las distintas Comisiones de Carreras eran considerados como personas honestas a carta cabal. Más existen pruebas de ello al respecto. Recuerdo, no hace mucho en una Polla Platense de Potrillos, existió un reclamo del jockey del perdedor contra el ganador que precisamente era de pertenencia del Presidente de dicha Comisión. Destaco el hecho que el mismo se retiró del recinto para precisamente no "ser voz y voto" en la dilucidación del pleito.
Que es lo que nos ha pasado que hoy, con elementos tecnológicos de avanzada, muy distinto a la época donde existían veedores a lo largo de una parte del codo y la recta y el fallo o sentencia se dictaminaba a ojo, acatábamos los fallos sin "chistar".
Quizás desde nuestra propia actividad como comentaristas o periodistas nu supimos ilustrar a una afición carenciada en ese aspecto. No tuvimos la suficiente condición de docentes y por el contrario ayudamos a la desconfianza con juicios emitidos muchas veces con "boletos en el bolsillo". Esa misma pasión nos llevó a justificar errores atribuyéndolos a los demás.
Resulta difícil admitir que elegimos mal el candidato y la pasión que enceguece, en el comentario posterior nos resultó más fácil convencernos nosotros mismos que el error fué del otro y no nuestro.
Juzgamos condiciones, juzgamos formas de entrenar, remitiéndonos más a los números fríos que al pormenorizado estudio de sus condiciones. Claro está, para hacerlo debemos primero y principal estar capacitados para ello.
Hasta creo, me incluyo, entre los que no quisimos aprender. De esa forma dimos lugar a "invenciones" que nosotros mismos creamos, como las del "el pase libre" cuando un entrenador es ganador frecuente.
También como creamos ídolos de barro, en muchos casos, lo atribuimos a "ayudas especiales", especialmente para el jinete o jockey.
Combinamos un cóctel nocivo entre estos elementos y además le agregamos la "sapiencia" de determinados veterinarios, olvidando al protagonista mayor, el caballo. Ese que al final de cuentas es el que desnivela. Fuimos injustos con ejemplares que ganando por un campo, minimizamos esos triunfos con un sarcástico comentario y es de.fulano que vos sabés bien que acá tiene ventaja. Soy de los que pienso que no existe una ventaja química que determine triunfos tan categóricos. La imaginación si puede cuadruplicar en su a veces intelecto, esas conquistas espectaculares.
Fabricamos "inspectores de herraduras" con una influencia directa hacia determinado tipo de apostadores. Es común escuchar dejalo al de fulano, vino con fierro. O por el contrario, gana el de sutano, trajo cuatro de aluminio y este cuando herra así, no erra.
¿No estará el turf pasando por uno de esos momentos donde todo se mezcla, todo se duda, todo se cuestiona? ¿No será porque la relacionamos de la manera que estamos viviendo? Muchas veces a mis conceptos intentando defender desde mi óptica a la pasión que tuve, tengo y tendré, se me ha contestado "no seas incrédulo" esto es por plata. Digo yo, hay muchas actividades inmersas en la vida que también hay dinero en juego. El Tenis, el Golf, el Fútbol, el Basketball, el Box, hoy prácticamente y a diferencia de años ha, el juego es una industria y se apuesta a todo. Pocas veces escuché que un tenista, perdió por causas ajenas al deporte mismo. Tampoco escuché decir hoy NADAL no vino con las zapatillas que acostumbra.
No será hora de reveer actitudes, volver a confiar en nosotros mismos, en nuestros pares, en nuestras virtudes, en no atribuir a las mismas cuando son reales, ingredientes ajenos. No por viejas ciertas definiciones pueden ser válidas.
Omar Puentes Zignago
"El Gaucho"
No conicido con usted ,este juego genera mucha desconfianza.con mirar las tribunas .o como dicen los jóvenes de hoy -esto siempre es lo mismo ,dejan escapar a uno o dos adelante y listo.....antes eramos mas ingenuos. muchas gracias.
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