domingo, 19 de octubre de 2014

Phar Lap


           Un caballo de proporciones míticas que alcanzó dimensiones de ícono cultural. Conquistó sus victorias durante la llamada Gran Depresión de los ‘30, cuando la sociedad australiana necesitaba de un héroe en medio de la malaria, como los norteamericanos necesitarían de Seabiscuit en la misma década y de Secretariat en medio de la guerra de Vietnam. Phar Lap, uno de los grandes SPC de todos los tiempos, legendario por sus hazañas en las pistas, su viaje a tierras americanas y su muerte,  temprana y sospechosa.


             Nació el 4 de Octubre de 1926 en Timaru, Nueva Zelanda, hijo del británico Night
Raid y la neocelandesa Entreaty, y sería llevado a Australia a los dos años. El entrenador Harry Telford, por esos tiempos casi un indigente víctima de la gran depresión económica, creyó encontrar en él un futuro campeón. Así fue que acuciado financieramente recurrió a un hombre de negocios ruso nacionalizado norteamericano que residía en Sydney, David J. Davis, tratando de convencerlo para que comprara el potrillo. Supo que podría pagar hasta un máximo de 190 guineas, por lo que consideró un gran negocio que su hermano Hugh, quien lo había ayudado en las comunicaciones telegráficas, lo adquiriera por 160 (unos 130 dólares). Entusiasmado, recibió en Sydney, luego del viaje a través del Mar de Tasmania, un caballo que parecía cualquier cosa menos un proyecto de crack. Muy alto, torpe, delgado y con la cara llena de verrugas, no inspiraba confianza. Davis se enfureció cuando lo vio llegar, no quiso saber nada con poner más plata y, tratando de achicar gastos, acordó con Telford arrendárselo por tres años. En definitiva era un hombre de negocios que había hecho su fortuna con la fotografía y la importación de artículos domésticos, para él las carreras eran un pasatiempo.


Phar Lap (una traducción indicaría para estas palabras tailandesas el significado guiño del cielo, es decir relámpago) era un alazán de gran altura que a lo largo de su vida tendría varios apodos. Los norteamericanos lo llamaron The Red Terror o The Wonder Horse, y muchos australianos Big Red, mientras la gente de su entorno usaba apelativos menos ampulosos. Para su jockey habitual, Jim Pike, era Old Boy; para su dueño D. J. Davis, Big Fellow, y en el stud, el peón Tom Woodcock y entrenador Harry Telford lo llamaban simplemente Bobby. Fue registrado oficialmente como caballo de carreras en Sydney, en diciembre de 1928. No era precisamente un lindo ejemplar, pero con su buen carácter supo ganarse inmediatamente el cariño de su equipo y de sus seguidores, que con el tiempo se convertirían en legión. Corriendo, se caracterizaba por tener un gran rush de velocidad, por lo que solía venir entre los últimos en el desarrollo para desatar una violenta atropellada sobre el final.

            Sus cuatro primeras actuaciones, en 1929, no fueron buenas: el 23 de Febrero debuta con una U y sigue con 3 NP. A continuación logra su primera victoria, por ½ cpo sobre 1200 mts. en el hipódromo de Rosehill y sigue su campaña, ya como tres años, con dos cuartos, dos NP y un 2º puesto en el Chelmsford Stakes de Randwik, carrera con la que empieza a dibujar una sólida campaña en el plano clásico, ganando luego en forma consecutiva el Rosehill Guineas, el Australian Jockey Club Derby, el Craven Plate y el Victoria Derby. Esta serie de victorias, especialmente dos de ellas en 2’31”¼ los 2400, lo pusieron entre los mejores del país para disputar la prestigiosa Melbourne Cup. Allí, sin poder ser contenido por su jockey, trató de hacer las dos millas del tiro en punta, pero finalmente quedó tercero de su hermano paterno Nightmarch y Paquito.
La Melbourne Cup es una de las carreras de caballos más famosas del mundo y excede largamente el ámbito del turf. Todos los años, el primer martes de noviembre a las tres de la tarde los australianos detienen sus actividades y se concentran en el clásico. El denominado Melbourne Cup Day figura dentro de los acontecimientos culturales más importantes del país y es oficialmente no laborable en la ciudad. La gran competencia, que por lo general tiene un total de 24 caballos alineados en la largada, se corrió por primera vez en 1861 en el Flemington Race Course y se organiza sin interrupciones desde entonces en forma de handicap sobre una distancia de 3200 metros. 
           

Phar Lap comienza el año 1930 con un 3º puesto y a continuación rubrica su campaña de tres años con una impresionante serie de nueve victorias seguidas entre el 1º de Marzo y el 17 de mayo. En el AJC Plate de abril, se toma amplia revancha de Nightmarch derrotándolo por 10 largos en 3’49”½ los 3600. Más grande aún y más fuerte, reprisa como cuatro años el 3 de Agosto con un 2º puesto sobre la milla, y vuelve a asombrar con una nueva racha de triunfos: logra 14 victorias consecutivas entre el 13 de Setiembre de 1930 y el 4 de Marzo de 1931. El propietario del bravo Nightmarch, segundo en cuatro de esas carreras, viendo que era imposible correr contra él, anunció que enviaba a su caballo a competir en Nueva Zelanda.

El 1º de Noviembre de 1930, personas relacionadas con las apuestas intentan asesinarlo. Su peón, Tom Woodcock, al regresar de un trabajo matinal junto a Phar Lap y viendo que una persona enmascarada se aprestaba a disparar desde un auto, lo puso contra un muro, protegiéndolo como si su propio cuerpo y el del caballo que montaba fuesen un escudo. El coche finalmente huyó, y tanto el crack neocelandés como sus compañeros resultaron ilesos. A partir de allí, el hijo de Night Raid contaría con una vigilancia constante. Ese mismo día, por la tarde, gana un clásico sobre 2000 metros, y tres días después del atentado conquista la carrera más famosa de Australia por tres cuerpos sobre Second Wind en 3’27”¾ los 3200 llevando el máximo peso de 62,50 kilos, cuatro más que cualquier otro competidor de cuatro años en adelante que hubiera corrido la prueba. En esta carrera, problemas en el motor del camión que lo transportaba hicieron que el grandote, gran favorito, llegara al hipódromo de Flemington apenas una hora antes de la largada. Dos días después gana otro clásico, sobre la milla en 1’37, y otros dos días más tarde vuelve a vencer a Second Wind en 2’48”¼ los 2400.  O sea que en una semana había sobrevivido a un intento de asesinato y ganado cuatro clásicos del Carnaval de carreras de Melbourne los días 1, 4, 6 y 8 de Noviembre sobre 2000, 3200, 1600 y 2400 metros respectivamente (¡increíble!). Por esos días vence el acuerdo de arrendamiento entre Telford y Davis. Con generosidad, éste último le permitió al entrenador comprar la mitad del caballo por £ 4000. Durante el resto de su carrera, el alazán tendría dos propietarios.


Victoria en la Melbourne Cup 1930.

Luego de otra victoria sobre nueve furlongs, Telford lo anota en los 1400 del Fururity Stakes de Caulfield, pese a que el caballo casi nunca había rendido bien corriendo por debajo de la milla. Sería uno de sus mejores logros, una carrera en donde mostraría su extrema versatilidad, valentía y determinación. Sobre pista pesada y llevando el mayor peso de la competencia, después del pique llegó a estar una treintena de cuerpos detrás de sus rivales. Se pudo acomodar, pero dos veces tuvo que ser levantado por problemas de tráfico. Cuando por fin encontró el andarivel, parecía que ya era tarde para agarrar al casi seguro ganador Mystic Peak. Parecía. Lo terminó venciendo por el pescuezo.
            Después de otros dos éxitos, Big Red finaliza su campaña de cuatro años con un 2º puesto en el CM Lloyd Stakes de Flemington sobre la milla. Llega al pescuezo del ganador pese a haber mostrado algunos síntomas de cólico esa misma mañana.

           
Como cinco años, vuelve a correr el 25 de Agosto de 1931. Entre esa fecha y el 31 de Octubre estampa otra serie: ocho victorias seguidas como paso previo a su tercera participación en la máxima carrera australiana. Durante esta parte de su campaña Telford había delegado la mayor parte de su preparación en el peón Tommy Woodcock, mientras él se concentraba en los muchos clientes que le acercaban caballos por ser el entrenador del SPC más famoso del país. En determinado momento, consideró que el peón era demasiado indulgente en sus métodos, y le “endureció los tornillos” al caballo en vísperas del Melbourne Stakes. Luego de esa carrera,  que gana por ½ cpo en 2’06”½ los 2000, Phar Lap llega a disputar por tercera vez la Melbourne Cup en condiciones físicas menos sólidas que lo normal. En ella, por su carácter de favorito excluyente, el handicapper lo “mata” asignándole 68 kilos, con los que llega apenas octavo. Sería su última carrera en la tierra de los canguros. Al día de hoy sigue siendo el único caballo en la rica historia del turf australiano en ser plebiscitado favorito en tres ediciones consecutivas de la Melbourne Cup. Tras haber ganado todo por esos lares, incluso algunos clásicos en dos oportunidades, es invitado a correr en México el Agua Caliente Handicap con 100.000 dólares en premios. Se abría un nuevo capítulo en la vida del nieto de Radium, un capítulo que lo transformaría en ícono nacional y en el que encontraría la muerte.


Con su gente, días antes de emprender el gran viaje.


            La polémica por el viaje del crack todavía no se apaga. En aquel tiempo, el más entusiasta defensor de la idea era Davis, tal vez por ser norteamericano y tener el anhelo de volver allí. Por el contrario, muchos australianos se mostraban temerosos de ver al alazán embarcado en semejante empresa, y hasta el propio Telford dudaba. El periplo sería una aventura, llegaría a un nuevo continente para correr en un medio y sobre una superficie que desconocía (en Australia siempre había corrido sobre césped), con el agravante de viajar desde el invierno australiano al gran calor de México. EEUU ofrecía un tentador circuito de carreras, pero el principal incentivo estaba en los 100 mil verdes de premio que ofrecía el Agua Caliente, un complejo casino-resort mexicano próximo a la frontera con San Diego (varias semanas antes de la carrera, la bolsa se reduciría a la mitad debido a la mentada Gran Depresión). El 20 de Noviembre de 1931 Phar Lap comenzó su travesía desde el puerto de Sydney a bordo del buque Ulimaroa. Telford, que tenía otros ejemplares para entrenar, llamativamente no acompañó al caballo que lo había hecho pasar violentamente al frente y designó al peón Tom Woodcock como compañero de viaje y entrenador, sabiendo que era una especie de agente de seguridad desde que lo salvara del atentado. Entre quienes se reunieron para despedirlo, seguramente pocos imaginaron que ésa sería la última vez que lo verían con vida.

           
Como se esperaba, el viaje fue una verdadera odisea que incluyó seis semanas de vacaciones en Auckland para gran alegría de los neocelandeses, quienes no olvidaban que el crack había nacido allí. Partieron en el Monowai, un barco cargado de avena y heno suficientes para cubrir las necesidades de mucho tiempo, con un establo especial construído en la cubierta. Woodcock prácticamente no tuvo libertades atravesando el Pacífico, ya que Bobby empezaba a hacer lío apenas su joven amigo se ausentaba del improvisado establo. Finalmente, el 15 de enero de 1932 desembarcaron en la ciudad norteamericana de San Francisco. Nueva escala en el hipódromo de Tanforan, y desde allí otros 6.400 kilómetros por tierra para llegar a Tijuana, México. Phar Lap llegaba para enfrentar en los pagos de Emiliano Zapata a los mejores caballos norteamericanos del momento, como visitante, y llevando el peso máximo de la carrera cuando su reloj corporal le había empezado a hacer crecer pelo de invierno.




Con Bill Elliot preparándose para la gran carrera.


Desde su llegada a California, con los australianos ávidos de noticias respecto a su crédito, todos los esfuerzos de Woodcock se habían centrado en poder aclimatarlo. Pocas semanas antes de la prueba se agregó otra dificultad: Bobby tropezó con una piedra y se lastimó un casco. Algunos pensaron en una maniobra para hacer subir el pagaría, pero la preocupación del peón-entrenador no dejaba dudas. La lesión, tal vez motivo de retiro en cualquier otro caballo, obligó a Woodcock a herrarlo con elementos más pesados que los utilizados normalmente, que también servían para reemplazar el sector faltante. En vísperas de la carrera, los hombres del turf norteamericano recordaban lo ocurrido ocho años antes: en 1923, el irlandés ganador del Derby inglés Papyrus había viajado a Nueva York para un match contra el mejor caballo de USA, Zev, en Belmont Park. El campeón británico no pudo con la nueva pista y los cambios climáticos, siendo superado por cinco cuerpos.


Y llegó el día, 20 de Marzo de 1932, decimotercera carrera del programa. El crack maorí tiene el Nº 9 en el mandil y las manos vendadas. Larga en el medio. Su jockey Billy Elliot (que no tenía experiencias en América), había sido advertido para no arrimarse demasiado a los palos y de esa manera evitar un cajón que le pudieran armar los demás jinetes. Después del pique rápidamente levanta y lo pone penúltimo por afuera. Frenado, el grandote avanza aparatosamente. Entrando en el primer codo del óvalo le va ganando a tres. Ingresando al opuesto viene sexto y apurando, siempre por línea externa. Antes del segundo codo está en la punta, y volcándolo lleva una luz de tres largos sobre el segundo. Llegando al derecho final arrimado a las tablas, le han ido estrechando diferencias. Reveille Boy sale a buscarlo, le plantea lucha y hasta por un momento amaga dominar, pero Phar Lap lo despide y prevalece con autoridad. Se impone por dos largos en el tiempo récord de 2’2”4/5, superando en dos segundos el anterior registro. La transmisión radial desató el júbilo en Australia, donde nunca antes habían experimentado tales emociones ante un evento deportivo internacional. Elliot saltó de su montura y dijo por el micrófono del locutor ¡Hola Australia madre! ¡Esta es una gran victoria! Por la noche, en el casino de Agua Caliente, entre australianos festejando vaso en mano amenizaba la reunión el exitoso cantante Al Jolson. En ese momento Phar Lap llegó a ocupar el tercer lugar por dinero ganado entre los caballos de todo el mundo.

            Después de esa carrera, fue llevado al Edward Perry’s Ranch de Atherton, cercano al Menlo Park de California, para descansar, mientras sus dueños consideraban las numerosas ofertas que llegaban para correr en distintos lugares de EEUU. Miles de aficionados llegaron a verlo en su corta estadía allí. Davis también encaró tratativas con gente de Hollywood que se le acercaba con la idea de hacer una película sobre el caballo. Si bien había ciertas dudas respecto de su estado después de la carrera, nada hacía pensar que poco después se desataría la tragedia. El 5 de Abril de 1932 Woodcock se despertó y lo encontró enfermo, con fiebre muy alta, grandes dolores e irregulares latidos del corazón. Su condición empeoraba rápidamente, y el veterinario al que recurrieron, que inicialmente logró una fugaz mejoría, finalmente no pudo hacer nada. Woodcock trató de mantenerlo caminando en el establo, pero alrededor del mediodía, con la cabeza en manos de su peón, Phar Lap murió.


La noticia comenzó a difundirse en Australia alrededor de las 10:30 hs del día siguiente. Se rumoreó la posibilidad de un envenenamiento cuando la primera autopsia demostró que tenía el estómago y los intestinos muy inflamados. Una segunda centró la causa de muerte en un cólico, probablemente por haber comido forraje húmedo. Hubo más investigaciones. Algunas de ellas probaron que los árboles del lugar donde se alojaba Phar Lap habían sido desinfectados con arseniato de plomo, un insecticida acaso ingerido por el caballo. Otras responsabilizaron a su peón, quien pudo administrarle por negligencia u error una doble dosis de Fowler, un medicamento con arsénico para estimular el apetito. Los dolidos australianos sentían que el campeón había volado muy alto, tanto que los estadounidenses no lo soportaron. Su presidente de entonces Joseph Lyon calificó como una gran tragedia lo ocurrido y la prensa del país desbordó en elogios al crack, refiriendo su fantástica valentía, resistencia y velocidad, y reviviendo algunos de sus momentos de gloria en las pistas. Describían también su naturaleza pacífica, su carácter simpático y accesible, y mostraban imágenes del caballo jugueteando en la arena, compartiendo una manzana con su peón o montado por el pequeño hijo de Telford.




La muerte fue un gran misterio durante muchos años, siempre con la sombra de un complot para asesinarlo sobrevolando las dudas, y hubo que esperar largo tiempo para conocer una versión sólida y verosímil. En 2006, un cable de la agencia Reuters informaba: “Luego de 74 años se esclareció la muerte de Phar Lap, un mito en Australia. (…) Un reciente análisis científico de restos de su crin determinó que le suministraron arsénico, para evitar pérdidas millonarias a corredores de apuestas ilegales.” Y la edición de La Nación del 27 de Octubre de 2006: Phar Lap - Misterio revelado. Después de 70 años, el misterio quedó revelado. Pruebas científicas determinaron que el crack australiano Phar Lap murió envenenado por arsénico, tras recibir una sobredosis un día y medio antes de su fallecimiento (…) Ganó 36 de sus 50 carreras en Australia, donde comenzó a ser idolatrado, y otra apenas debutó en América. Los rumores de que había sido envenenado siempre estuvieron vigentes, pero sólo ahora pudo determinarse que el campeón murió por ingerir aquel veneno. La historia cuenta, también, que un grupo de gángsters norteamericanos encargaron su muerte porque estaba hundiendo a los tomadores de apuestas. Claro, esta parte de la historia aún no fue comprobada.” Se pudo llegar a estas conclusiones gracias a investigadores australianos que trabajaron con un acelerador de partículas en base a muestras de las crines del caballo conservadas desde su muerte. Pero el misterio seguirá rodeando la estampa de este All Black de las pistas. Quienes se muestras escépticos respecto de esta investigación sostienen que en el proceso de taxidermia se pudo haber usado arsénico para preservar la piel, con lo que habría que verificar en qué momento se obtuvieron las muestras de crin. Y estudios posteriores estimaron que probablemente la muerte se debió a una infección bacteriana frecuente en caballos que han viajado grandes distancias o han estado sometidos al estrés. Para profundizar el enigma, una versión dice que varios órganos del caballo fueron colocados en una caja metálica y enterrados en un lugar secreto, cercano al terreno donde murió, que nunca ha sido encontrado.

            Ocurrida la muerte del alazán, varias instituciones australianas telegrafiaron a los propietarios solicitando la repatriación de los restos mortales del caballo. Davis, con la aprobación de Telford, decidió lo siguiente: el corazón sería enviado al Instituto Nacional de Anatomía en Canberra (en la actualidad Museo Nacional), el esqueleto iría al Museo del Dominio de Wellington, en Nueva Zelanda, su país natal, y la piel al Museo Nacional de Victoria en Melbourne, ciudad donde Phar Lap había ganado muchas de sus mejores carreras. Davis había oído hablar de una empresa de expertos taxidermistas en Nueva York, los hermanos Jonas, y les encargó un trabajo que demoró cuatro meses y medio. Durante los dos primeros los Jonas estudiaron los movimientos de un SPC en el campo y prestaron gran atención al material fotográfico del campeón que les fuera entregado como referencia. La forma básica se moldeó en acero, arpillera y alambre, con una minuciosa atención al detalle. El trabajo ha sido reconocido como uno de las grandes hazañas de la taxidermia moderna.
Embalsamado, Bobby emprendió el largo viaje de regreso. Primero tocó Sydney (donde lo vio Tom Woodcock) y luego Melbourne. Davis permitió que fuera exhibido en el teatro Capitolio durante dos semanas a finales de 1932. Luego viajó otra corta distancia hasta su morada en el Museo Nacional de Victoria. Allí permaneció durante casi setenta años, salvo una breve visita a Flemington en 1980 para conmemorar el 50º aniversario de su victoria en la Melbourne Cup. En 2000, fue trasladado al nuevo Museo de Melbourne.




            En la autopsia, el corazón del gran crack maorí presentaba un tamaño y un peso extraordinarios (14 libras, algo así como 6,35 kg. cuando lo normal en un SPC indica 8.5 libras o 3.8 kg), el más grande conocido hasta la muerte de Secretariat. A partir de él comenzó a desarrollarse el estudio del llamado Factor X o Cromosoma X, elemento muy tenido en cuenta por genetistas y estudiosos del pedigree que relacionan el tamaño del corazón con la capacidad corredora de los caballos.

Harry Telford había vivido entre caballos, era un estudioso de la raza y manejaba algunos conceptos de genealogía equina, pero llegó a pisar los 50 sin haber encontrado el purasangre. Con los éxitos de Phar Lap logró mejorar ostensiblemente su vida y la de su familia: para 1930 era dueño de varios SPC y de la propiedad Braeside en la localidad de Mentone. Sus compromisos en ella le impidieron acompañar al caballo en su excursión americana. Entrenó muy pocos ganadores luego de la muerte del crack y finalmente tuvo que renunciar a la propiedad que había comprado. Se retiró de las carreras en 1957 y falleció en 1960.
David J. Davis se ganó muchos enemigos entre los australianos por apoyar el viaje transoceánico del caballo. Pero también cierta deuda de gratitud, porque fue gracias a sus gestiones que se hicieron los trabajos de taxidermia y Phar Lap pudo volver a Australia.


Nacido en 1905, Tommy Woodcock fue aprendiz de jinete a los doce años, pero pese a ser bastante flaco, la altura que alcanzó en la adolescencia le impidió ser jockey. A partir de allí utilizó su carácter apacible y natural afinidad con los caballos para cuidar de ellos. Telford descubrió la particular relación que lo unía con Phar Lap y lo contrató para trabajar con él a tiempo completo. Ambos compartían cierta desconfianza por los entrenamientos rigurosos, prefiriendo un enfoque más suave del training. No es difícil imaginar el golpe que significó la muerte del caballo para Woodcock. De regreso a Australia recibió una licencia de entrenador, ocupación que mantuvo hasta los 78 años. En 1979 donó varios de sus recuerdos referidos a Phar Lap al Museo Victoria. Falleció en 1985, convencido de que alguien había envenenado a su viejo amigo.


Jim Pike fue el jockey que más veces corrió a Phar Lap, juntos conformaban un binomio temible que se entendía a la perfección. Fue considerado como el mejor jinete de su generación, y era muy popular pese a que un biógrafo lo describió “casi tan locuaz como una lápida”.
La vida del campeón mereció una película: A Horse Called Phar Lap, de 1983, film norteamericano dirigido por Simon Wincer.
Sus chaquetillas: en 1929 y 1930 roja, mangas blancas y negras, gorra roja. En 1931 y 1932 roja, mangas rojas y verdes, gorra negra.



Tommy Woodcock,
el gran amigo de Phar Lap.
En esta fotografía
junto al caballo Reckless
antes de la disputa
de la Copa Melbourne de 1977
Foto: Bruce Postle










Links de interés:
Campaña. 51 corridas, 37 primeros, 3 segundos, 2 terceros. Ganancias por £ 56.425.- y US 50.000.- Se mantuvo invicto en los tiros de 1 ¼ milla (siete victorias); 1 ½ millas (ocho victorias), 1 ¾ millas (tres victorias) y 2 ¼ millas (una victoria). Sus triunfos obligaron a modificar las escalas de peso…



* Un especial agradecimiento a Juan Ignacio “Nacho” Escario quien desde Madrid, España, permitió utilizar como una de las fuentes del presente artículo la información de su página JockeySite.com.
* Nota originalmente publicada en TAG - Todo a Ganador.

Marcelo Fébula


El triunfo de Phar Lap en el Agua Caliente Handicap de 1932. (bgardiner 2000)

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