Sobre la sanción a Blanco y otras yerbas

El parte de sanciones de San Isidro canta:

"SUSPENDER: por el término de treinta (30) días, que se computarán desde el 19 de octubre y hasta el 17 de noviembre próximo inclusive, al jockey RODRIGO G. BLANCO, protagonizando incidentes y dirigirse en forma descomedida e incorrecta al Starter de turno, luego de disputada la 10ª carrera del día 11 de octubre p.pdo, en la que condujo al s.p.c. "Dont Worry".

Artículo 17, inciso V del Reglamento General de Carreras"

Lo primero que salta a la vista es una gaffe o acto fallido, ya que el parte dice Suspender (...) protagonizando incidentes, etc, cuando lo correcto hubiera sido Suspender (...) por protagonizar incidentes, etc. El error, tal vez originado en un tipeo rápido, sin intención refleja lo que está sucediendo, ya que la Comisión de Carreras suspendió protagonizando incidentes porque se armó un bolonqui infernal.

Para mi gusto al parte le faltarían un par de líneas a continuación de Dont Worry que podrían ser ", donde nos mandamos un moco terrible largando la carrera con el citado ejemplar con la careta puesta"

Para la mayoría (me incluyo) la sanción pareció excesiva porque tiene atenuantes. Vamos a analizar los porqué:

Pablo Gallo en el facebook de TAG: La penalidad lo deja afuera de cotejos relevantes, como el Gran Premio Nacional-G1. Pero además, al observar una y otra vez la carrera, se advierte la manifiesta irresponsabilidad del starter de turno al largar a Dont Worry mientras el auxiliar le sacaba la careta, por lo cual el ejemplar soltó parado, perdiendo un altísimo porcentaje de su opción en el GP San Isidro-G1. Y de esta manera, no sólo impidió su chance de "double-event", sino que también puso en riesgo la integridad física de Blanco y echó por la borda miles de posturas del público apostador.

Entonces, y con sentido altamente constructivo, entendemos que se debe velar en primer lugar por la salvaguarda de la salud del jockey y de su montado; en segundo término, por el bolsillo de la grey. Y por último, con las pulsaciones a mil y sin ánimo de justificar nada, entender que el posterior desborde del profesional luego de la carrera no es obra de la casualidad, sino de la causalidad generada por el principal responsable del incidente. Quien no se juega la vida cada vez que él mismo abre los partidores."

Dice mi amigo y socio en Los Pingos Marcelo Fébula: "El parte se basa en algo que el público no ve (los incidentes aparentemente provocados por Rodrigo Blanco) y no hace mención de lo que el público ve claramente: el pésimo trabajo del starter. Cabe preguntarse entonces si el Reglamento que invoca la Comisión de Carreras no contempla sanciones para quien pone en riesgo la salud de un jockey y de un SPC, perjudica al público apostador y no anula una largada evidentemente irregular teniendo la facultad de hacerlo.

Las únicas declaraciones del starter conocidas (ver nota del colega Sebastián Heredia en Pura Hípica, cobertura del GP San Isidro) son las de un hombre para quien todo estaba en condiciones normales cuando dio la partida. Que el starter de una largada accidentada declare que fue una largada normal se parece demasiado al "estilo palermitano", ese que sostuvo que en la Polla 2012 no hubo caballos lastimados ni golpeados cuando videos y fotografías mostraban caballos lastimados y golpeados.

Sin conocer detalles de los incidentes que se mencionan, teniendo en cuenta el momento de gran riesgo atravesado por el jockey debido a la impericia ajena, el castigo impuesto parece excesivo. Mucho más cuando el starter, hasta donde se sabe, ha quedado impune.

Y lo realmente penoso es que esta sanción al jinete "pagaba 1.10". La gente del palo turfístico sabía que el hilo se cortaría por donde siempre se corta."

Ahora bien, el parte basa la sanción en el Artículo 17, Inciso V del Reglamento General de Carreras. ¿Qué dice el Reglamento?

ARTÍCULO 17

DEL LARGADOR O STARTER

V - El largador podrá multar a los jockeys cuando dificulten la partida o desacaten sus órdenes.

Pésimamente fundamentado. Rodrigo Blanco de modo alguno dificultó la partida ni desoyó indicación alguna. Blanco los reputeó pero no existe nada escrito al respecto.

Sigamos con el reglamento. ¿Que pudo haber cambiado?

ARTÍCULO 19

DE LA PARTIDA

IX - En el caso en que el Largador considere que la partida no se ha efectuado en condiciones normales, levantará una bandera y ello significará que aquélla ha quedado anulada. El auxiliar que estará situado aproximadamente a 100 metros de distancia, a su vez pondrá en alto su bandera. A esta señal los jockeys deberán volver al punto de partida.

Si desobedecieran las órdenes recibidas, haciendo correr sus cabalgaduras, serán severamente castigados con penas que podrán llegar a la inhabilitación.

Considerar que esa largada se realizó en condiciones normales es como creer en la inflación del INDEC.

Entonces vamos a desandar el camino despacito.

a) ¿Se pueden equivocar el starter y el personal de gateras? Claro. Los errores humanos existen en todos los órdenes de la vida. Además están lidiando con animales. Fue mas un infortunio que otra cosa. No hubo intencionalidad.

b) ¿Se podía remediar el primer error? Obviamente también. Aplicando el Reglamento y anulando la largada.

c) ¿Es justificable la actitud de Blanco? No. es un profesional. 

Ahora... ¿hubiera sucedido lo mencionado en c si se hubiese aplicado el Reglamento? Ni en sueños y vos no estarías en este momento leyendo toda esta larguísima explicación.

El pisoteo constante del Reglamento conduce a situaciones absolutamente evitables.

Este juego es por plata. Profesionales, propietarios, apostadores. Demasiados perjudicados.

Con su sanción “ejemplificadora” de 30 fechas a Rodrigo Blanco lo único que logra San Isidro es echar a la hoguera al starter y al personal de gateras para que la horda los consuma.

Probablemente en los próximos días llegará un nuevo parte que hablará del arrepentimiento de Blanco y de la gestión de la Gremial de Ferro que hicieron posible una reducción de la pena.

Para ese entonces los boletos de Dont Worry ya se los habrá llevado el viento.

Marcelo Fébula y Lopecito