Carta abierta a las autoridades del Hipódromo de San Isidro

Sr. Presidente del Jockey Club Don Jorge Orozco Etcheverz

Sr. Presidente de la Comisión de Carreras Don Carlos Martínez de Hoz

De mi mayor consideración:

Dada la fortuna de tener a mi alcance un sitio de difusión masiva de la actividad como Los Pingos de Todos me permito hacerles llegar por este medio algunas consideraciones sobre las sanciones impartidas a los jockeys Rodrigo Blanco y Pablo Falero sobre los hechos de público conocimiento producidos durante la disputa del Gran Premio Carlos Pellegrini.

Conozco perfectamente el reglamento y entiendo que los fallos de la Comisión de Carreras son inapelables pero, debo ser honesto, cualquier fallo inapelable siempre me causó un profundo rechazo. No creo en las verdades absolutas y creo que la imposibilidad de apelación los deja, aunque no sea de forma intencionada, en los umbrales del abuso de poder.

Los considerandos de la sanción son materia opinable en todos sus líneas ya que al no estar contemplada la supuesta falta cometida por los jockeys en ninguna parte del RGC no han podido respaldar la misma en ningún artículo en concreto.

No comprendo la afirmación que “dicha actitud (la de los jockeys) constituye una falta grave a la corrección (SIC) de las carreras de S.P.C”.

Continua “…produciendo una imagen negativa para la actividad turfística y actuando de una manera que es perjudicial para la buena reputación de las carreras de caballos con el doble agravante de haber ocurrido en la principal carrera de la República Argentina y no haber dejado constancia de lo sucedido en el Comisariato una vez finalizada la misma.” Respecto a que los jockeys debieron haber dejado constancia les doy la derecha pero permítanme recordarles que fue la CC de vuestro hipódromo que para la disputa del Carlos Pellegrini del 2012 dictó una amnistía bochornosa a todos los entrenadores sancionados por doping a esa fecha produciendo a la actividad turfística el daño más importante que puede sufrir la misma: el de la falta de credibilidad. 

Tampoco comprendo habiéndose hecho público el descargo de Pablo Falero y “considerando los elementos y declaraciones obrantes en el sumario instruido” el mismo no fue tomado siquiera en cuenta como atenuante como así tampoco las circunstancias de la carrera donde se produjeron los hechos.

Para evitar este tipo de discusiones resulta imperativo legislar. Proponer modificaciones al RGC para su inmediata actualización. El Reglamento debe ser cumplido y no puede ser pasible de debate.

Por todo lo expuesto y simplemente desde mi humilde pero no por eso menos importante rol de aficionado a las carreras de caballos les solicito una urgente reconsideración de la pena impuesta por no tener la misma fundamentos explícitos en el Reglamento General de Carreras y por se la misma completamente excesiva y perjudicial para la fuente de trabajo de los profesionales aludidos.

Saludo atentamente

Gustavo López (Lopecito)