domingo, 22 de febrero de 2015

PUESTAS Y PHOTOCHART. Por Marco Oliveira.


Puestas históricas y la adopción Del Photochart

     En este tercer trabajo para Los Pingos de Todos elegimos un asunto que cambió AL turf en su parte más directa: las ubicaciones fnales. Hasta los años cuarenta, un juez de llegada –con uno o más ayudantes– daba el veredicto en el caso de una carrera pareja en sus colocaciones principales. Por esos tiempos muchas veces las posiciones inferiores (las que no aparecían en las “chapas”) no recibían mayores detalles, aún en los resultados oficiales. Ejemplo: después de los ubicados en los primeros lugares, los demás participantes eran comentados sin ubicaciones específicas, simplemente como demás participantes de la carrera.
     El progreso del Photochart llegó a América del Sur por la segunda mitad de los años cuarenta del siglo XX. Sus benefícios, que no permitirían más dudas, fueron adoptados en el Hipódromo Argentino y en el Hipódromo de San Isidro a finales de octubre y principios de noviembre 1947. Hasta entonces la responsabilidad de una carrera disputada en el final corria por cuanta exclusiva de los jueces de llegada. En esos casos, por más que el ojo atento de uno o más jueces estuviese listo, la chance de errores no era tan pequeña. Por eso en caso de duda era habitual que se decretara uma puesta evitando así mayores protestas.
     Algunas puestas famosas ocurrieron justamente en las carreras más tradicionales del calendario clásico argentino, antes de la implantación del Photochart. Repasaremos algunas de ellas gracias a algunos detalles disponibles em nuestro archivo documental y fotográfico.




El Gran Premio Jockey Club 1942

      Debido a un percance sufrido en ocasión del Premio Cnel. Martínez, el potrillo Tónico estaba relegado en las apuestas. Los demás, liderados por Halcón –ganador de la Polla de Potrillos–, el aventajado A Volonté –con los colores del turfman Saturnino Unzué–, el pico blanco Lampo –de la tradicional Caballeriza Condal– y el pujante Banderín –del Rio Paraná–, mandaban en las apuestas. Caballito no más que mediano, Tónico, defensor del stud Don Francisco, era un alazán muy guapo y bien llevado por Salvador Di Tomaso, el Dito, entrenado por el compositor José Bentancur.
     En la suelta, después de una breve ventaja de Lampo, Tónico pasó a la delantera mientras Halcón, A Volonté –llevado por el Negro Acosta– y Banderín –con Legui– se mantenían a una distancia prudencial. En la arena de Palermo, que presentaba um estado normal para la 2ª prueba de la Triple Corona, los comentarios previos calculaban que los 2000 metros no serían nada tranquilos para quien se arriesgase a tomar la punta. Pero Dito no pensó lo mismo. Como nadie lo molestaba, Tónico galopaba a buen ritmo y parecía no sentir el tren mientras los demás sólo cambiaban posiciones entre sí como descontando el cansancio del puntero.

     En la recta final A Volonté, tocado por Máximo Acosta, buscó igualar la línea de Tónico, que ganaba amenazaba con un sprint final rumbo al disco. A trecientos de la meta los dos viajaban netamente agarraditos y los demás luchaban sólo por el tercer puesto. La lucha sensacional se mantuvo hasta el final y el empate ha consagró a ambos competidores, Tónico por dentro y el granado A Volonté por afuera. Tónico (Tresiete y Pedantilla, por Pedantón) cría del Haras Lonquimay y A Volonté (Ipe y Griseta, por Papanatas) del propietario Saturnino J. Unzué (Haras San Jacinto).


A Volonté –por afuera– y Tónico –por los palos– llegan juntos en el Jockey Club - 1942.


Tónico (Tresiete y Pedancilla)


A Volonté (Ipe y Griseta)



La Polla de Potrancas 1944

      Dos favoritas del público burrero, Cancagua y Quisquillosa, hicieron una nueva puesta inolvidable en el Hipódromo Argentino en ocasión de la Polla. Diez potrancas en una soleada y fría tarde de invierno fueron hasta la señal de los 1600 metros para dar cuenta de la primera gran muestra de la nueva generación nacida en 1941.
     De los casi 280 mil boletos jugados, la pequeña pero linajuda hija de Meadow y Cana, la zainita Cancagua llevó en sus patas 117.438. Su más seria rival, la muy granada Quisquillosa –una colorada hija del británico Full Sail y Quima, por Macón, llevaba 64.129. Las demás competidoras fueron meras acompañantes, tanto en las apuestas como en la carrera.
     Dos grandes caballerizas estaban detrás de las favoritas. Quisquillosa pertenecía a los colores “y gorra marrón, costuras oro” de Gustavo Gotlieb (Caballeriza G.G.), entrenada por Isaac Núñez. Cancagua era una defensora del Stud El Potrero (y gorra cereza, mangas blancas”), muy bien entrenada por Daniel Parera.
    La carrera en su comienzo se presentó favorable a la grandota Quisquillosa, potranca que ganara en su única presentación antes de la Polla. Cancagua, a su vez, venía precedida de dos victorias, una de ellas en el Clásico Jorge de Atucha. Con Quisquillosa dictando el ritmo al frente, las demás fueron cambiando posiciones mientras Cancagua corría en el séptimo lugar, guiada con seguridad por el experiente Rubén Baltasar Quinteros. En el último codo la hija de Meadow comenzó a ganar posiciones, y en los trecientos finales ya se aproximaba a la cuarta ubicación acercándose peligrosamente a la puntera. Su avance concluyó sobre la misma línea de sentencia con un toque magistral de Quinteros con el que igualó la línea de Quisquillosa en el último salto, de acuerdo a la decisión de los jueces de llegada. Luego arribaron las demás: Camarilla, Elegy –una ya clásica defensora de De La Pomme, Taloche, Cucaracha –del Stud Pan América, Malvaloca –una promisora Congreve, Pocha –de la caballeriza Palermo, llevada por Legui, la tordilla negra La Gaité –del Stud Indécis– y en la zaga Fachosa, propia hermana del crack Filón. Tal vez el gran secreto del final empatado fue la superioridad de un gran jinete como Quinteros enfrentado con experiente Manuel Núñez, que llevó a Quisquillosa.


Quisquillosa –por la empalizada– es igualada por la atropellada de Cancagua –por afuera.


Cancagua (Meadow y Cana)


Quisquillosa (Full Sail y Quima)



El G.P. de Honor 1944

       Un empate más –ahora sin reunir animales de nuevas generaciones pero sí yeguas de más edad– ocurrió en octubre 1944, justamente en los 3500 metros del G.P. de Honor. En la arena liviana de Palermo, siete calificados competidores concurrieron a la tradicional prueba clásica de largo aliento del turf argentino, pero sin duda se destacaban tres nombres: el cuatro años Filón –uno de los mejores caballos de su época, ya preparándose para conquistar por primera vez el Pellegrini–, Platería –la mejor yegua de la generación nacida el 1940–, y Blackie –a pesar de sus seis años de edad ostentando una forma física inmejorable. El cinco años Tardío y los cuatro años Platín, Albañal y Tete a Tete fueron los demás competidores.
     La elegida favorita, Blackie, representaba las sedas yankees del Sr. Robert Howard. Filón, del stud Upper Cut de Martín Nazar Duhau, fue el segundo más jugado. Platería –de Los Patrios– la tercera plebiscitada, muy próxima.
     En la suelta mientras Platería y Albañal llevaron a otros competidores hacia afuera Blackie –con el Yacaré Antúnez en su montura– tomó resueltamente la vanguardia, seguida por el tordillo Tardío. Con Filón en el cuarto lugar y Platería en el penúltimo, el tren demasiado lento favorecía a la hija de Congreve. Por su parte el Pelusita Artigas sobre Platería, a la altura del codo de Dorrego ubicó a la hija de Parlanchín en el tercer puesto mientras Filón –con sus fuerzas bien dosificadas por Legui–  se mantenía como un espía.
     En el ingreso al codo Platería ya venía el segundo puesto. Al pisar el derecho Blackie se pegó a los palos mientras Platería seguía descontando. Separadas por un pescuezo en los 300 finales, Blackie se defendía de la insistencia de su rival. Así, muy distanciadas de sus rivales, las dos yeguas mayores llegaron juntas a la meta.
     Esta sería la última gran puesta antes del advenimiento del Photochart en Palermo y San Isidro.


Platería (izquierda) y Blackie (derecha) llegan con galones cambiados pero juntas a la meta.


Blackie (Congreve y Black Arrow)


Platería (Parlanchín y Silver Legend)



La llegada del Photochart

        El primer registro de la utilización del Photochart al cual llegamos por nuestra pesquisa data del 1º de noviembre –Sábado de Todos los Santos– en Palermo. Días después se utilizó en San Isidro. Comenzaban a ceder las dudas a partir de la tecnología avanzada.


1ª Carrera - 1º/11/1947 (Palermo). La ganadora Tierra Brava (Pantera y Tierra Branca) se vé superada por Elide, sin su jinete.


5ª Carrera - 09/09/1950 (San Isidro). Sin la tecnología fotográfica del photochart, muy probablemente esta llegada levemente favorable a Autónomo (Albacea y Panopila) hubiera sido fallada como una puesta.



Nueva puesta clásica en una Polla de Potrancas

     Los años pasaron y las puestas clásicas se tornaban raras gracias al manejo del aparejo electrónico de llegada. Once años después de la ocurrida en la Polla de Potranacas 1944, llegó nuevamente un empate, esta vez sin dudas.
     En ocasión de la Polla de Potrancas 1955, el Photochart definió puesta indiscutible. Las protagonistas esta vez fueron la segunda potranca más jugada la colorada Las Canas (Académico y Nevisca, por Snowfall)–, y la zaina negra Chapineta (Black Out y Cenicienta, por Codihué, cotizada en mitad del lote.
     Las quince potrancas llegaron al partidor de los 1600 metros del Hipódromo Argentino delante una gran multitud, en una tarde de mucho sol y algo fría del 31 de julio. Largaron y varias participantes lideradas en principio por Red Light (Churrinche) y después por Kanga (Embrujo) buscaron las primeras ubicaciones. Chapineta –llevada por Alfredo García–, corría cuarta y Las Canas sólo acompañaba desde el octavo puesto. Volcaron el codo con Balkh (Baman) al frente pero con mucho esfuerzo. No tardó mucho para que cambiaran las cosas. Kanga nuevamente se lanzó adelante mientras Red Light y Chapineta se acercaban para luego sobrepasar a la puntera.
     En los 300 finales Chapineta se hizo dueña de la situación y justamente cuando consiguió su mayor ventaja surgió por el centro de la cancha Las Canas, cargada por el maestro Leguisamo. Tramo a tramo la hija de Académico, menos aventajada físicamente que Chapineta, descontó diferencias y cruzaron juntas el disco.
     El fallo del photochart reveló un empate entre la pupila de Juan Flores y la de Leonardo Calistro. Chapineta, criada en El Turf, defendió los colores de la caballeriza Babeví. Las Canas, criada en Dreanina, los del stud Quitito. 


5ª Carrera - Polla de Potrancas. 31/07/1955. El photochart aseguró el empate entre Chapineta (5) y Las Canas (10).



Chapineta (Black Out y Cenicienta)


Las Canas (Académico y Nevisca)



La llegada de la Polla de Potrancas 1955. Empate entre Chapineta y Las Canas. Próximas están Red Light (3ª), Buzarda (4ª), la favorita La Maravilla (5ª) y Miss Cuba (6ª).



Marco A. F. de Oliveira