Ni se me ocurre un título

Recorriendo Internet me acabo de chocar con una noticia publicada por el Sr. Eduardo Cappannini en el facebook de Todo a Ganador.

 “Hoy ya hace exactamente 6 días que se encuentra tirado en el caracol el cuerpo de la potranca que murió a causa de un accidente en la tercera carrera de la reunión del jueves 21, además fue vergonzoso observar esta mañana como una jauría de perros se alimentaba del cuerpo de ese pobre animal.”

¿Leyeron bien? Es algo tan terrible que no puedo salir de mi asombro. La potranca en cuestión era Linda Vaga Key, que se presentaba en yunta con Charlatana Key (no corrió) y Salsa Brava Key (ganó). Las tres salieron a pista defendiendo los colores de El Alfalfar y fueron presentadas por el Sr. Diego Peña.

La información en la página de nuestros amigos de Revista Palermo informa brevemente que en esa prueba Linda Vaga Key no corrió. La apenas menos lacónica página del hipódromo de La Plata informa sobre ella con las siglas CC-GG. O sea, no corrió por golpearse en gateras. En estos casos se debería informar mejor lo que sucedió, ¿no? Porque yo no estuve ese día en el HP, pero me he puesto a averiguar y un testigo presencial del hecho me dice que en realidad la potranca no se golpeó en las gateras, sino que con la careta puesta disparó hacia atrás y se pegó contra el tractor, que dicho sea de paso tenía estacionado al lado un Fiat Uno rojo con un niño adentro (???)

Volvamos al principio. ¿Hace falta repetirlo? Una potranca accidentada en el Hipódromo de La Plata murió, quedó abandonada en el lugar y se la están comiendo los perros. ¿Dónde están los dirigentes del hipódromo? ¿Dónde está el entrenador Peña? ¿Dónde está la gente de El Alfalfar?

Una persona me dice que en realidad el retiro del cuerpo de la yegua y de la basura que hay en el caracol es responsabilidad de la Municipalidad. Coartada perfecta para todos. Ya me los veo lavándose las manos, atacando cínicamente al Municipio y hasta ofendiéndose por las críticas. Pero no estoy hablando de ordenanzas, reglamentos o leyes. Estoy hablando de respeto por un animal, de ética, de valores humanos. Los dirigentes del hipódromo, el entrenador Peña y los titulares del exitoso El Alfalfar son igualmente responsables ante el hecho. La obscena desidia que exhiben es prueba irrefutable de que criar o entrenar caballos no siempre significa amor por ellos.

Ojalá alguien se apiade del cadáver de la pobre Linda Vaga Key. De ganar la carrera hubiera estado acompañada por unos cuantos personajes ávidos de aparecer en la foto y cobrar premios. Pero como tuvo la mala fortuna de morirse, quedó tirada, sola y a merced de los perros cimarrones.

Marcelo Fébula