viernes, 19 de diciembre de 2014

Ribot

“Nunca hay demasiada sangre de St. Simon en la línea genealógica de un pura sangre. Selección, selección, selección, esa es la cuestión”. Federico Tesio.




Fernando Savater en su libro A Caballo Entre Milenios se pregunta en qué campo han logrado los italianos continuar la excelencia de genios como Leonardo Da Vinci o Michelangelo Buonarotti. ¿Las pilchas y los perfumes a través de nombres como Armani, Gucci o Versace? ¿El auto deportivo
simbolizado en Ferrari? ¿El cine de Bertolucci, De Sica o Fellini? Como buen burrero, tira otro nombre: Tesio. Un hacedor de obras de carne y hueso, caballos de carrera, que casualmente llevaron nombres admirados por la vocación artística de su hacedor: Donatello, El Greco, Botticelli… En el prefacio de Breeding the Racehorse su único libro, Tesio escribió: “Mi objetivo consiste en criar y preparar un caballo de carreras que, sobre cualquier distancia, pueda trasladar el mayor peso en el menor tiempo.” Detrás de ese singular objetivo fue durante cincuenta años de trabajo, atrapándolo en una docena de oportunidades inolvidables.
El “Mago de Dormello” Federico Tesio (Turín, 17/01/1869 - 22/05/1954) considerado por muchos el mejor criador de SPC de la historia, fue propietario, entrenador y jinete (llegó a correr el Derby de Pekín). Se relacionaba a fondo con el entorno de sus caballos, masticando él mismo los pastos que comían, bebiendo el agua que tomaban, observándolos y estando siempre lo más cerca posible. Trabajó en Italia, un país secundario en el concierto del turf internacional, nunca tuvo un gran número de ejemplares (la media de producción de su establecimiento era de 12 potrillos al año), y tampoco dispuso de grandes cantidades de dinero para invertir. Pero aún así crió dos cracks, varios campeones e innumerables ganadores clásicos (incluso 22 vencedores del Derby Italiano). Claro que me refiero a grandes cantidades, porque siempre contó con el apoyo del aristócrata Mario Incisa della Rochetta, quien puso su fortuna a disposición de los experimentos hípicos del italiano.
Tesio convirtió en un tubo de ensayo genético sus dominios del stud Dormello Olgiata, utilizando siempre como referencia el Derby de Epsom a la hora de concentrar sangres. “Durante casi doscientos años las condiciones del Derby han permanecido invariables, y su validez es incuestionable.” Ese férreo dogma le dio excelentes resultados, aunque no era fácil implementarlo. Los servicios de semental de un ganador del Derby de Epsom eran caros hasta para la billetera del mecenas della Rochetta, y Tesio tenía que enviar sus yeguas por tren y barco para ser servidas en Inglaterra. Esa limitada disponibilidad de fondos, para un hombre que vivía para pero también del turf, fue uno de los aspectos que influyeron para que nunca dudara a la hora de vender un  caballo consagrado. Sabía que si no vendía sus mejores ejemplares, no podría criar nunca otros tan buenos, y para él los importante no era la obra ya lograda sino la próxima que pensaba conseguir. Su fin era la creación, no lo creado, dice Savater. Por eso pareció carecer de cualquier apego romántico hacia sus caballos.
Cuando ya dominaba con su escuadra el mapa turfístico italiano, había sacado grandes caballos como Cavaliere d’Arpino (a quien consideró el mejor de todos hasta su muerte) o Donatello II, y su nombre comenzaba a abrirse paso en Inglaterra, sólo le faltaba llegar a un auténtico reconocimiento a nivel continental. Llegó en 1935, con el nacimiento de Nearco. Convencido de las grandes posibilidades de su yegua Nogara como madre, Tesio había ido tras los costosos servicios del padrillo inglés Fairway, pero la repentina muerte del dueño de éste truncó sus planes. Algo frustrado, recordó entonces que Fairway tenía un propio hermano, Pharos, afincado en Francia, y allá fue con su  yegua, que volvió preñada a Italia y al cabo parió al potrillo cuyo nombre se inspiró en el de un antiguo ceramista griego: Nearkós. Resultó un animal hermoso (dicen que en aquellos tiempos los italianos utilizaban la palabra nearco como calificativo elogioso) y de asombrosa capacidad corredora de los 1000 a los 3000 metros. Titular casi sin emplearse a fondo de cuanto G1 tuviera a mano en Italia, fue de punto a disputar el Gran Premio de París frente a los mejores de Europa y terminó venciéndolos claramente. Invicto en 14 salidas, nunca volvió a Italia, ya que Tesio ni bien cruzada la meta decidió venderlo a los ingleses provocando las iras del grotesco Mussolini, que tiempo atrás lo había nombrado senador en honor a sus méritos deportivos. Nearco resultó un reproductor extraordinario, padre de Neartic (el padre de Northern Dancer), Nasrullah, y otros grandes. Tan valioso era que durante la Segunda Guerra, los ingleses construyeron en Newmarket un búnker especial para protegerlo de los bombardeos. El crack, invencible en las pistas, padre de campeones y sobreviviente de la guerra, al envejecer se hizo violento e intratable. Como un genio irritado con su decadencia física y por la mediocridad incurable del mundo, reflexiona Savater, aunque yo siempre tengo mis dudas respecto a que todos los caballos estén realmente conformes con una vida signada por la planificación, tanto al correr como al procrear.
Tesio consiguió su más notable victoria cuando ya estaba bajo tierra. Si hubiera vivido para ver correr a Ribot, obra cumbre al cabo de cincuenta años de trabajo y dedicación, posiblemente se hubiera desligado de él en la segunda campaña para, dinero en mano luego de encontrar al mejor postor, lanzarse a su próxima aventura de cría. Pero su socio Mario Incisa decidió mantener al caballo compitiendo un año más, y así permitió el nacimiento de la leyenda. La historia del caballo (véase en su pedigree hasta que generación no se encuentran nombres repetidos…) tal vez haya empezado veinte años antes de su nacimiento, cuando en 1937 Tesio viaja a Newmarket y compra muy barato a una yegua desechada por su criador: Barbara Burrini. Resultó una buena corredora y mejor madre, ya que dió 4 ganadores incluyendo a Romanella, invicta en cinco presentaciones a los dos años. Ésta, unida a otro ejemplar del Laboratorio Tesio, Tenerani (ganador de la Goodwood Cup y el Derby Italiano), en 1952 daría a luz un potrillo del mismo nombre que el pintor francés del siglo XIX Theodule-Augustin Ribot. Tesio llegó a conocerlo, pero no se sintió mayormente entusiasmado con él, tal vez augurándole un futuro no demasiado brillante. Lo cierto es que, algo débil y enclenque en sus primeros tiempos, el potrillo poco agraciado fue adquiriendo gran envergadura y terminó convirtiéndose en una verdadera máquina de correr, un campeón considerado el mejor caballo de carreras europeo del siglo XX, el Secretariat Europeo criado por un hombre que con paciencia, convicción en los conocimientos que desarrollaba, mucho trabajo y algo de la intuición que acompaña a los apasionados, dejó una huella aún presente en muchas de las actuales líneas de sangre.




Bajo las órdenes del entrenador Ugo Penco y montado por quien sería el jockey de toda su campaña, Enrico Camici, hizo su debut victorioso en una carrera 1000 metros disputada en Milán. Repitió luego sobre 1200 y llegó entonces a la cita del Grand Criterium sobre 1500, donde por hacerse con la punta demasiado rápido a punto estuvo de ser batido por un tal Gail, a quien derrotó por una cabeza en luchado final.
Su debut como tres años fue también victoria sobre sus compañeros de generación en el hipódromo de Pisa, triunfo previo a un duro examen, el Premio Emanuele Filiberto, en Milán, donde tendría que enfrentarse a un lote exigente. Allí desfiló ganándole por 10 cuerpos a Gail, pero quedó rengo tras la prueba, posiblemente debido a los frecuentes ejercicios previos sobre pista dura. Los tifosi italianos temieron que la carrera del caballo llegara a su fin, máxime cuando su salud siguió barranca abajo con una fuerte afección de tos.  Pero los temores quedaron en la nada cuando el crack reapareció y se hizo con una nueva victoria en San Siro, y otra más en Milán. Quedaba ahora de cara nada menos que al Arco de Triunfo a disputarse en París.
En ese Arco no tomaron parte grandes caballos de esos tiempos como Phil Drake, Vimy o Meld, pero sí otros bravos europeos como Rapace (ganador del Derby Francés), Douve (Oaks Francés), Zarathustra (Derby Irlandés), Macip (St. Leger Francés) y Hugh Lupus (Irish 2000 Guineas). Ribot barrió con todos, llegando tres largos delante de Beau Prince en una gran actuación.
Quince días después se hizo con otra victoria, esta vez en el Premio Jockey Club, donde dejó 15 cuerpos atrás a Norman, el caballo que había ganado esa misma prueba en sus dos últimas ediciones. Luego siguió aniquilando oponentes en las cuatro carreras que disputó previas a su viaje a Inglaterra para correr el King George VI & Queen Elizabeth Diamond Stakes en Ascot.
Sobre un terreno pesado, largó tercero detrás del líder High Veldt y Todrai, que pronto fue a pelear por la punta. Pero cuando Camici apuró a su dirigido, el clásico se convirtió fugazmente en un mano a mano entre High Veldt y el campeón italiano. La lucha fue muy breve, cuando Ribot aceleró se distanció hasta llegar a la meta con espectaculares 5 largos de ventaja, el más amplio margen registrado hasta entonces en el clásico inglés.
De regreso en su tierra, en San Siro gana el Premio del Piazzale por 10 cuerpos sobre Magabit, titular de las 2000 Guineas Italianas. Hizo la punta desde el vamos, y cuando faltaban 200 para la línea Magabit le presentó lucha. No hizo más que despertar al misil, que ganó marcando 1m51s60/100. Llegaba la hora de volver a viajar para disputar su segundo Arco del Triunfo.




     En París lo esperaban duros rivales de nivel internacional. Aunque faltaban a la cita los triunfadores del Derby Inglés y el Francés, sí estaban los ganadores del Oaks en los mismos países, dos titulares del Irish Derby, los vencedores del Grand Prix, del St. Leger Francés, del Washington International, y el clasificado segundo del Belmont Stakes. Carrerón. Cuentan que el gran jockey Eddie Arcaro, monta del muy buen tres años estadounidense Carrer Boy, fue requerido por los periodistas en un entrenamiento previo a la carrera. “Mi caballo está bien, pero va a ganar ése –dijo señalando a Ribot, que pasaba trotando a un costado.
Fisherman marcó el paso desde la salida. Atrás Norfolk, Ribot y Apolliana. Justo cuando a falta de 1000 metros aparecía Tanerko para comenzar su ataque, Camici dejó galopar libre a su dirigido, que llegó a la meta esta vez con seis largos de ventaja en otra actuación para la historia del turf mundial. Era el adiós del crack a sus hinchas con los colores del stud Dormello-Olgiata (chaquetilla blanca, cruz y gorra roja) y apoyado por el equipo que integraban Incisa, donna Lydia (viuda de Tesio), Penco y Camici. Su récord de imbatibilidad, 16 carreras, alcanzado luego por Citation y Cigar, recién sería superado por Silent Witness en abril del 2005 con su triunfo en la Queen's Silver Jubilee Cup G2 de Hong Kong.


     El figlio de Romanella tuvo dos grandes amigos en su vida. Uno, Magistris, fue el caballo que lo acompañó en sus entrenamientos a lo largo de toda su vida de competencias. Cuentan que lo adoraba y hasta llegaba a soplarle granos por sobre el tabique divisorio de los boxes que habitaban. A su otro amigo, el jockey Enrico Camici, que lo había comprendido a la perfección, supo jugarle una mala pasada. Los italianos, todavía con el desastre fascista y la derrota bélica a flor de piel, intentando levantarse con el “milagro económico” del Plan Marshall, habían tomado al caballo de las grandes hazañas como una reivindicación, levantándolo en forma de estandarte nacional. Por eso, quince días después de su última gran victoria, le organizaron un paseo de despedida en una jornada de carreras del hipódromo romano de la Capannelle, donde nunca había corrido. Querían que toda la afición pudiera despedirlo y brindarle un tributo de homenaje. Pero Ribot, tanto o más genioso que Nearco, no quiso saber nada con aquellas cosas. Apenas se dio cuenta que no salía a la pista para correr, derribó al bueno de Camici y se alejó bufando, molesto. Claro que el pisano, lejos de guardarle rencor, lo quería de verdad. Tanto que unos cuantos años después, conquistando otro Arco de Triunfo con Molvedo, uno de los primeros hijos del crack, sólo comentó: “Me alegro por Ribot…”

     Ribot comenzó su carrera de padrillo en el Woodland Stud de Newmarket, donde estuvo durante dos temporadas. Luego hizo dos en su casa del Olgatia Stud, y fue vendido a John Galbreath, dueño del Darby Dan Stud de Kentucky. Allí acentuó su perfil temperamental, convirtiéndose en un caballo agresivo. Se ponía de manos, andaba a las patadas con las maderas del box y sólo era capaz de dominarlo a medias un grosso peón de dos metros de altura. En 1961 fue retirado al Woodland Stud de Newmarket, donde falleció el 28 de Abril de 1972 por problemas intestinales. El aristócrata del perfil bajo mecenas de Tesio, comentó en alguna ocasión: “Durante veinte años fui el socio de Tesio, luego fui el propietario de Ribot, sólo cuando ellos se fueron volví a llamarme Mario Incisa.”
Como semental, el vástago de Tenerani también mostró calidad. Entre sus hijos se destacan Molvedo (Arco 1963), Prince Royal (Arco 1964), Ragusa (Irish Derby y King George), Tom Rolfe (Kentucky Derby), Ribero (1968 Irish Derby y St.Leger Inglés), Boucher (St.Leger) y Ribocco (1967 St.Leger). Alleged, ganador doble del Arco, fue su nieto.

     Veamos qué opinaba el amigo Nacho Escario, jockey y propietario español, gran conocedor del turf internacional, cuando le preguntaron si Ribot podía ser considerado el mejor caballo del siglo veinte. “En mi opinión Ribot estaría a la par de Mill Reef y algo por debajo de Secretariat, Man O' War, Phar-Lap y Sea Bird. Sea Bird venció a caballos más fuertes que los que tuvo que enfrentarse Ribot, como Reliance, Diatome y Tom Rolfe, y por el mismo margen abrumador que lo hizo Ribot en el Arco 1956. Secretariat ganó el Belmot Stakes por 31 cuerpos sobre Cougar y Riva Ridge, y Phar-Lap portando pesos excepcionales para vencer a grandes SPC norteamericanos o ganar la Melbourne Cup. Los márgenes por los que ganó Man O' War fueron más amplios que los de Ribot (llegó a ganar hasta por 100 cuerpos!), si bien es cierto que el campeón italiano fue superior a éstos cuatro caballos en la resistencia que desarrolló y mostró a lo largo de su carrera. Venció tres carreras clásicas en tres diferentes países, teniendo que viajar fuera de su país natal, Italia, y fue realmente sorprendente que lo hiciera, dadas las devastadoras y penosas condiciones de transporte que existían en esa época para los caballos de carreras. Valoraría a Mill Reef igual que a Ribot. Al imponerse en Eclipse Stakes, King George, Arco 1971, y Prix Ganay 1972, dio unas muestras de ostentación de talento superiores a las que mostró Ribot (algunos expertos señalaron que la victoria de Mill Reef en el Ganay era lo mejor que habían visto en su vida). Como dos y tres años, Mill Reef batió a mejores oponentes como Caro y Pistol Packer, mientras que trece de las victorias de Ribot fueron logradas contra oponentes italianos, quienes eran inferiores a los SPC ingleses y franceses. (…) Ribot, valorado por encima de caballos como Vaguely Noble, Dancing Brave, Shergar y Nijinsky, da la prueba de la superestrella que logro ser.”

     Prometo sugerirle a Nacho que en este tipo de debates comience a imbricar entre tantos nombres ilustres algunos sudamericanos. Botafogo, Yatasto, Bizancio, Forli, Mat Boy, Santorín, Much Better, Candy Ride, Invasor, tiene pa’ elegir. Que mucha gente considere América como sinónimo de Estados Unidos, que mucha otra ignore lo que pasa de México para abajo en cualquier ámbito por ignorancia o desinterés, bueno, vaya y pase, ya es costumbre. Pero el responsable de la excelente página JockeySite.com no puede caer en el mismo error. Me siento incómodo poniendo en la misma bolsa que los demás a alguien con tanta pasión y conocimientos, encima oriundo de un país turfísticamente muchas veces subvalorado.

     Volvamos al crack azzurri. El jueves 2 de setiembre de 2004 nos comenta Gustavo González desde las páginas de La Nación: “Ribot y el último rastro de su clase - La reciente muerte de Exclusive Ribot trajo el recuerdo de uno de los nombres célebres de la hípica mundial. La noticia se conoció hace unos días. Murió Exclusive Ribot, el que se cree era el último hijo del gran Ribot, un caballo que está en la historia hípica del siglo pasado. Era un poco productivo padrillo de 32 años, ya retirado, que pastaba en el Stud Dormello II, de Texas, un haras bautizado a partir del nombre de la cabaña italiana de Federico Tesio, Razza Dormello-Olgiata, dueña de Ribot. Todavía se conserva el box del hijo de Tenerani y Romanella en el campo cercano a Pisa, que ahora pertenece al marqués Nicola Incisa della Rochetta, relacionado con la Argentina a través de Juan Carlos Bagó, propietario de Firmamento. (…) No pocos lamentaron que todo lo bueno que fue Ribot en las pistas no se reflejara en la cría. "En su trayectoria en las carreras fue un caballo inteligente, manso", recordaba William G. Munn en una crónica de 1991 en Thoroughbred Times, y agregaba: "Pero en el haras se puso difícil y en ocasiones su conducta era extraña". Tras su comienzo en Europa como semental, Ribot fue llevado en 1960 a Darby Dan, de Lexington, Kentucky, donde no pudo cambiar la historia. Esa aparece como la única limitación que el invicto no logró superar. Antes, en la pista, le había ganado al aspecto que tenía de potrillo, cuando algunos lo describieron como "rechoncho, feo y de cabeza rústica". Sus triunfos hicieron que después se concluyera en que semejante apariencia era "engañosa". Así y todo, Ribot se las ingenió, con sus nervios a cuestas, para dejar en su descendencia algunos nombres que incluso hicieron huella en nuestro país. Uno de sus mejores hijos fue Tom Rolfe, padre de Salt Marsh, que sirvió en el haras La Quebrada; otro, His Majesty, dio a Batonnier y a Pleasent Colony, padre de Batty, que fue reproductor en La Biznaga, y de Colonial Affair, que hoy actúa en El Paraíso respectivamente. Brown Arc, padrillo de Las Camelias, ya desaparecido, tiene al gran producto de Dormello en su tercera línea paterna. Ribot murió a los 20 años, en 1972, justo cuando nacía Exclusive Ribot, el caballo que trajo ahora el recuerdo. Acaso el último trazo directo surgido de la obra maestra de Federico Tesio.”

     El crack italiano tiene dos libros: 1) Ribot, Cavallo del Secolo. Autor: Renzo Castelli. Editorial: Equitare. Serie: Equitare per Bellezza. Fecha de publicación: 2004. “Ribot…Cavallo del secolo un libro di Renzo Castelli "Ribot, cavallo del secolo" è una sorta di classico nella letteratura dedicata al cavallo.es una especie de clásico en la literatura dedicada a los caballos.Il protagonista del racconto, Ribot, è stato sicuramente uno dei simboli dell'Italia del secondo dopo guerra, di quell'Italia in cerca di riscatto e di riconoscimento dopo gli anni bui del fascismo e dell'occupazione nazista. El protagonista de la historia fue sin duda un símbolo de la Italia que buscaba la redención y el reconocimiento después de los oscuros años del fascismo y la ocupación nazi.” 2) Ribot: un cavallo e il suo tempo (Mondadori, 1985) de Aldo Santini.



Marcelo Fébula
Nota originalmente editada en TAG, en 2010.
Fuentes principales: JockeySite.com y Pedigreequery.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario