jueves, 29 de enero de 2015

Ruffian



     Los Janney eran gente de turf. Stuart Janney ex jinete amateur y su esposa Bárbara Phipps hija de uno de los criadores de SPC más importantes de EEUU. En 1971 decidieron cruzar una yegua de su propiedad, Shenanigans, con Reviewer, hijo del gran Bold Ruler. Así resultaron criadores y propietarios de Ruffian, nacida el 17 de abril de 1972 en el Claiborne Farm de Kentucky. En su pedigree había nombres notables: Reviewer: 13 corridas con 9-3-1 y ganancias por USD 247.233; Bold Ruler (el padre de Secretariat): 33 con 23-4-2 y 764.204; Shenanigans (madre de los buenos Buckfinder e Icecapade, entre otros): 22 con 3-1-6 y 18.120; Native Dancer (abuelo de Northern Dancer): 22 con 21-1-0 y 785.240.


     La yegua recibió sus primeras lecciones como purasangre de carrera de un tal Nick Lotz, quien también había domado a su medio hermano Icecapade. A fines de 1973 dejó el Claiborne Farm rumbo a los hipódromos, al tiempo que al mismo haras ingresaba Secretariat para comenzar su etapa de padrillo. Cuando llega al centro de entrenamientos liderado por Frank Whiteley en Carolina del Sur, destacándose por su tamaño entre todos los productos enviados allí por el Claiborne, le fueron asignados el peón Minnor Massey y los jinetes Squeaky Truesdale, Jackie Peacock y Ric Martin. Por entonces nadie le conocía el nombre, ya que Whiteley acostumbraba no revelarlo hasta que su pupilo efectuara la primera carrera. Los jinetes la apodaron Sofie.
     En abril, el entrenador desembarca en Belmont Park para comenzar la temporada 1974. Previo al primer trabajo de la yegua, le dijo al jockey Yates Kennedy:  “Vas a subirte al caballo de carrera más rápido que hayas montado en toda tu vida.” Algo de fe le tenía… Un rato después se registraba un trabajo de 600 en 38”, aunque luego se confirmó que, fácilmente y sin esfuerzo, la hija de Reviewer en realidad había echado 35”4/5. A la gran impresión de Kennedy por ese apronte se sumaría la del asombrado jinete Jacinto Vázquez cuando montó y sacó a Ruffian de las gateras por primera vez.





     Muy bicho este Whiteley. El y su entorno supieron mantener el secreto de la máquina que tenían hasta el debut, el 22 de mayo del ‘74 sobre los 1200 metros del Maiden Special en Belmont Park, de modo que Ruffian salió 9-2 en las apuestas y les permitió hacer unos mangos extras. Con la monta del mencionado Vázquez se había puesto rápido al frente para ganar por 15 largos y romper el récord del hipódromo con una marca de 1”03/100. Para algunos especialistas norteamericanos, esta carrera fue “la más grande hecha por un caballo debutante.”
     Por entonces Copérnica (una hija de Nijinsky II, ciega de su ojo izquierdo), había aplastado rivales el 15 de mayo y ratificado sus bondades ganando por 5 largos el 3 de junio. Por campaña y pedigree podría haber sido favorita al encontrarse con Ruffian en el Fashion Stakes del 12 de junio, pero la burrería norteña ya había entrado con el entrenador una vez y plebiscitó en primer término a la hija de Shenanigans, pese a que en la misma carrera también estaba la invicta Jan Verzal. Ruffian, al igual que en el debut, tomó la punta en los primeros metros para terminar batiendo por más de 6 cuerpos a Copérnica (que ya no volvería a ser la misma luego de esta prueba) y por más de 13 al resto, registrando otro récord de pista.
     En el Astoria Stakes le llega otro reto, esta vez de parte de la yegua Laughing Bridge. Es la primera vez en la que Ruffian es acompañada a las gateras por el caballo Sled Dog, y hay cambio de jockey: Vince Bracciale reemplaza a Jacinto Vázquez, quien había recibido una advertencia del macanudo Whiteley: si no se subía a Sled Dog no montaría nunca más a la yegua. Así fue que en el paseo previo las tribunas vieron a uno de los mejores jinetes del momento yugándola de palafrenero. Finalmente Ruffian gana por 9 cuerpos en 1’02”4/5. Segunda arribó Laughing Bridge, que dejó al resto a 12 largos pero no pudo ni acercarse a la vencedora.
     Y viene otra nena brava a enfrentarla, se trata de la invicta Hot n Nasty, de grandes actuaciones y registros en la Costa Oeste de Estados Unidos. Duelo de invictas en el Sorority Stakes de Monmouth Park. Vuelve a la silla de Ruffian Jacinto Vázquez, quien se había roto la nariz y tenía problemas de visión, pero se guardó el dato de sus problemas ópticos para no perder la monta por segunda vez (ya habría tiempo de visitar al médico). Hot n Nasty fue el primer competidor en intentar quebrar a Ruffian en el liderazgo de una carrera, incluso acompañándola durante 200 metros. Pero en determinado momento la puntera le dijo chau para ganar nuevamente en tiempo récord: 1”09/100. Después de la carrera, en el box se descubrió que había ganado con un problema en un casco, nada serio pero quizá prohibitivo para otro ejemplar. Además de remos voladores, la yegua demostraba tener templado el de la zurda.





     Luego de descansar un mes, es enviada a Saratoga para correr el Spinaway Stakes. Un periodista chuceó a su peón preguntándole por cuánto podría vencer su yegua en Nueva York, a lo que Massey respondió: –¡Trece cuerpos! En un trabajo matutino previo a la carrera, Ruffian recorrió 1000 metros en 59”1/5. Con Vázquez suspendido, la monta volvió a caerle a Bracciale, y la yegua otra vez venció de punta a punta y marcando un récord (1’08”3/5). Por 13 largos, tal cual había vaticinado su peón.
     Le llegaba la hora de correr Frizette Stakes (USD 100.000) y Champagne Stakes, carrera en la cual enfrentaría a los machos, entre ellos el invicto Foolish Pleasure. Pero en la mañana del primer compromiso no comió bien y su entrenador descubrió que tenía 38.5 de fiebre. Detectada una fisura en la rodilla de la pata derecha, se le acabó la temporada. Junto con el resto de la cuadra de Whiteley volvió al sur de California para pasar el invierno y estuvo parada ocho semanas, tiempo en el que Dan Williams se convirtió en su nuevo peón. Para Frank Whiteley, habitualmente reservado en sus declaraciones, Ruffian era el mejor ejemplar que había entrenado. “A los dos años, cuando sólo había disputado cinco carreras, era ya el mejor caballo que había visto nunca.” El entrenador recibió en San Francisco el Premio Eclipse como Mejor Potranca de Dos Años concedido a Ruffian. De haber completado la temporada, posiblemente hubiera sido capaz de arrebatarle el título de Mejor Caballo del Año al gran Forego.
     En abril, de regreso en Belmont Park, Squeaky Truesdale fue el jinete de los galopes matutinos y Yates Kennedy el de los trabajos fuertes. A los tres años la yegua se mostraba cada vez con más energía y carácter, y solo Truesdale era capaz de llevarla un poco relajada. El 13 de abril Kennedy la montó en un trabajo de 600 en 33”4/5, y otra vez apareció el bicho Whiteley. Sabiendo que el trabajo no estaría publicado en la próxima edición del Daily Racing Form, anotó a Ruffian en la octava carrera del día siguiente. Montada nuevamente por un Vázquez admirado de su evolución, la yegua reprisó ganando sin esfuerzo por 5 cuerpos en 1’09”2/5, esta vez sin batir ningún récord. Ahora el objetivo estaba en la Triple Corona para Potrancas de la Asociación de Carreras de Nueva York (Acorn Stakes, Mother Goose Stakes y Coaching Club American Oaks).





     En el primero de los tres compromisos, la yegua por primera vez dejó a un rival (Piece of Luck, montado por Ron Turcotte) galopar un cuerpo adelante en la primera parte de la carrera. Cuando Vázquez evaluó que no toleraría mucho más el correr contenida, la dejó libre y pasó a la puntera como parada abriendo una luz de siete cuerpos. En la línea de sentencia la diferencia fue de 8 y ¼ largos.
     Cuando registró 47”3/5  para la primera parte del Mother Goose Stakes (el parcial más lento de su carrera), entrenador y jockey se mostraron contentos. Si Ruffian, habitualmente difícil de llevar, era capaz de serenarse cuando tomaba la punta, guardándose energías para la definición, tendría una mejor velocidad final con vistas a futuros desafíos con pesos pesado como el joven Foolish Pleasure y el viejito Forego. En esta carrera volvió a establecer un récord: 1’47”4/5.
     En el Coaching Club American Oaks, Vázquez repitió la estrategia de retenerla todo lo que pudo, hasta que Equal Change se le arrimó a 1 ½ cuerpos. En ese momento Ruffian se le distanció por 9 largos, y cruzó el disco con 13 de ventaja. Otra vez ganaba rompiendo un récord, en esta oportunidad registrando 2’27”4/5 con 11”3/5 de final, pese a que su jockey en ningún momento la dejó correr como ella quería. Si lo hubiera hecho, muchos especularon con que esa tarde Ruffian hubiera batido el récord de pista de Secretariat. Se alzaba en forma brillante con la Triple Corona para Potrancas.

     A esta altura había disputado diez carreras, manteniéndose invicta y liderando las pruebas prácticamente de bandera a bandera. La suma de todos los márgenes de sus victorias era de… ¡83 cuerpos! Había igualado dos récords de pista y se había hecho con ocho récords de stakes. Llegaba la hora de subir otro escalón para enfrentarse a los machos.

     La NYRA (Asociación de Carreras de Nueva York) planeaba hacer una “Carrera de Campeones” a finales de junio, reuniendo a todos los ganadores de los clásicos norteamericanos, entre ellos Foolish Pleasure, Master Derby y Avatar. A propósito de tal evento, la prestigiosa revista Blood-Horse por entonces publicaba el siguiente comentario: “Hasta que éstos potros no se midan con Ruffian, ninguno de ellos podrá reclamar el titulo de Mejor Tres Años. No Creemos que ninguno sea capaz de batir a la gran potra de Stuart Janney.” Al poco tiempo Avatar se volvió a California y la carrera perdió atractivo, pero allí Monmouth Park ofreció una bolsa de 400.000 verdes para un mano a mano entre Ruffian y Foolish Pleasure, promocionándolo como el duelo “The Boy-Girl” (pucha con la inventiva yanqui). Por su parte la NYRA ofreció organizar una carrera de tres caballos, pero se opusieron quienes consideraban que en tal desafío el ganador del Preakness Stakes Master Derby tendría ventajas, pues tanto Ruffian como Foolish Pleasure eran punteros rabiosos y si desde el comienzo salían decididamente adelante, se quemarían dejándole una carrera fácil al tercero en discordia. Finalmente la NYRA anunció una prueba con 350.00 verdes en premios para el 6 de julio en Belmont Park, sobre 2000 metros. De pronto el jockey Jacinto Vázquez se encontraba inmerso en un problema: tenía que optar entre Ruffian y el caballo que le había dado su primera victoria en el Derby de Kentucky. Se decidió por la “Superpotra” (así apodaban a la yegua en los círculos turfísticos estadounidenses).





     Llegada la carrera, Ruffian se golpeó un hombro en las gateras y salió después de Foolish Pleasure, pero de todas formas partió velozmente y después de corridos unos metros galopaba en una línea junto a su rival. Desembocados en la recta final, se colocó medio largo adelante. Allí se desató la tragedia. El jockey escuchó una especie de pequeño estallido, como si su dirigida hubiera tropezado con algo, mientras el potrillo la superaba. Vázquez luchó por pararla sabiendo que de continuar todo sería peor, y una vez que logró frenarla notó que tenía una herida gravísima, pudiendo ver el hueso y los ligamentos desgarrados. La gente corría hacia todas partes, mezcla de ganas de ayudar en algo y desesperación, mientras Ruffian era llevada velozmente en ambulancia hasta el box, donde comenzarían la pelea por su vida. El equipo de veterinarios luchó primero por parar los efectos del golpe y la hemorragia, mientras trataban de decidir qué hacer con la herida. Las oportunidades de sobrevivir para Ruffian se reducían apenas a una pequeña esperanza, y los esfuerzos por salvarla en la mesa de operaciones no dieron resultado. A pesar de haberla estabilizado y curarle la pata, el shock post operación hizo que luchara por levantarse, rompiendo la escayola que le habían puesto y causándole más lesiones. Evaluaron efectuar una segunda intervención, pero se desestimó calculando que no sobreviviría o aún haciéndolo rompería la escayola por segunda vez. La fenomenal campeona no volvería a despertar. Se la lloró aún en ámbitos extra turfísticos, y su suerte se consideró uno de los mayores desastres en la historia de las carreras de Norteamérica.
     Ruffian está enterrada en el hipódromo de Belmont Park, con su cabeza mirando a la línea de meta.

     La historia de la gran yegua norteamericana quedó plasmada en un film: Ruffian (2007). Directores: Yves Simoneau / David Dwyer. Actores: Sam Shepard, Frank Whaley. Escritores: Jim Burnstein, Garrett K. Schiff. Productores: Orly Adelson, Gideon Amir, Kimberly C. Anderson, Jonathan Eskenas, Malcolm Petal.
     En un artículo de La Nación del 26/2/99, tiempos en los que era una constante buscar figuras del siglo, se informa acerca de una encuesta de la revista norteamericana The Blood Horse para elegir los 100 mejores caballos del turf norteamericano del siglo XX. Luego de las votaciones, el marcador se hizo 1º Man O’ War, 2º Secretariat, 3º Citation, 4º Kelso, 5º Count Fleet, 6º Dr. Fager, etc. La yegua mejor ubicada fue Ruffian, en el puesto 35º.


Marcelo Fébula

* Un agradecimiento especial al jockey español Juan Ignacio Escario, responsable de la excelente página jockeysite.com, quien permitió utilizar datos allí consignados como fuente del presente  artículo.