Los
Janney eran gente de turf. Stuart Janney ex jinete amateur y su esposa Bárbara
Phipps hija de uno de los criadores de SPC más importantes de EEUU. En 1971
decidieron cruzar una yegua de su propiedad, Shenanigans, con Reviewer, hijo
del gran Bold Ruler. Así resultaron criadores y propietarios de Ruffian, nacida
el 17 de abril de 1972 en el Claiborne Farm de Kentucky. En su pedigree había
nombres notables: Reviewer: 13 corridas con 9-3-1 y ganancias por USD 247.233;
Bold Ruler (el padre de Secretariat): 33 con 23-4-2 y 764.204; Shenanigans
(madre de los buenos Buckfinder e Icecapade, entre otros): 22 con 3-1-6 y
18.120; Native Dancer (abuelo de Northern Dancer): 22 con 21-1-0 y 785.240.
La
yegua recibió sus primeras lecciones como purasangre de carrera de un tal Nick
Lotz, quien también había domado a su medio hermano Icecapade. A fines de 1973
dejó el Claiborne Farm rumbo a los hipódromos, al tiempo que al mismo haras
ingresaba Secretariat para comenzar su etapa de padrillo. Cuando llega al centro
de entrenamientos liderado por Frank Whiteley en Carolina del Sur, destacándose
por su tamaño entre todos los productos enviados allí por el Claiborne, le
fueron asignados el peón Minnor Massey y los jinetes Squeaky Truesdale, Jackie
Peacock y Ric Martin. Por entonces nadie le conocía el nombre, ya que Whiteley
acostumbraba no revelarlo hasta que su pupilo efectuara la primera carrera. Los
jinetes la apodaron Sofie.
En
abril, el entrenador desembarca en Belmont Park para comenzar la temporada
1974. Previo al primer trabajo de la yegua, le dijo al jockey Yates
Kennedy: “Vas a subirte al caballo de
carrera más rápido que hayas montado en toda tu vida.” Algo de fe le tenía… Un
rato después se registraba un trabajo de 600 en 38”, aunque luego se confirmó
que, fácilmente y sin esfuerzo, la hija de Reviewer en realidad había echado
35”4/5. A la gran impresión de Kennedy por ese apronte se sumaría la del
asombrado jinete Jacinto Vázquez cuando montó y sacó a Ruffian de las gateras
por primera vez.
Muy
bicho este Whiteley. El y su entorno supieron mantener el secreto de la máquina
que tenían hasta el debut, el 22 de mayo del ‘74 sobre los 1200 metros del
Maiden Special en Belmont Park, de modo que Ruffian salió 9-2 en las apuestas y
les permitió hacer unos mangos extras. Con la monta del mencionado Vázquez se
había puesto rápido al frente para ganar por 15 largos y romper el récord del
hipódromo con una marca de 1”03/100. Para algunos especialistas
norteamericanos, esta carrera fue “la más grande hecha por un caballo
debutante.”
Por
entonces Copérnica (una hija de Nijinsky II, ciega de su ojo izquierdo), había
aplastado rivales el 15 de mayo y ratificado sus bondades ganando por 5 largos
el 3 de junio. Por campaña y pedigree podría haber sido favorita al encontrarse
con Ruffian en el Fashion Stakes del 12 de junio, pero la burrería norteña ya
había entrado con el entrenador una vez y plebiscitó en primer término a la
hija de Shenanigans, pese a que en la misma carrera también estaba la invicta
Jan Verzal. Ruffian, al igual que en el debut, tomó la punta en los primeros
metros para terminar batiendo por más de 6 cuerpos a Copérnica (que ya no
volvería a ser la misma luego de esta prueba) y por más de 13 al resto,
registrando otro récord de pista.
En
el Astoria Stakes le llega otro reto, esta vez de parte de la yegua Laughing
Bridge. Es la primera vez en la que Ruffian es acompañada a las gateras por el
caballo Sled Dog, y hay cambio de jockey: Vince Bracciale reemplaza a Jacinto
Vázquez, quien había recibido una advertencia del macanudo Whiteley: si no se
subía a Sled Dog no montaría nunca más a la yegua. Así fue que en el paseo
previo las tribunas vieron a uno de los mejores jinetes del momento yugándola
de palafrenero. Finalmente Ruffian gana por 9 cuerpos en 1’02”4/5. Segunda
arribó Laughing Bridge, que dejó al resto a 12 largos pero no pudo ni acercarse
a la vencedora.
Y
viene otra nena brava a enfrentarla, se trata de la invicta Hot n Nasty, de
grandes actuaciones y registros en la Costa Oeste de Estados Unidos. Duelo de
invictas en el Sorority Stakes de Monmouth Park. Vuelve a la silla de Ruffian
Jacinto Vázquez, quien se había roto la nariz y tenía problemas de visión, pero
se guardó el dato de sus problemas ópticos para no perder la monta por segunda
vez (ya habría tiempo de visitar al médico). Hot n Nasty fue el primer
competidor en intentar quebrar a Ruffian en el liderazgo de una carrera,
incluso acompañándola durante 200 metros. Pero en determinado momento la
puntera le dijo chau para ganar nuevamente en tiempo récord: 1”09/100. Después
de la carrera, en el box se descubrió que había ganado con un problema en un
casco, nada serio pero quizá prohibitivo para otro ejemplar. Además de remos
voladores, la yegua demostraba tener templado el de la zurda.
Luego
de descansar un mes, es enviada a Saratoga para correr el Spinaway Stakes. Un
periodista chuceó a su peón preguntándole por cuánto podría vencer su yegua en
Nueva York, a lo que Massey respondió: –¡Trece cuerpos! En un trabajo matutino
previo a la carrera, Ruffian recorrió 1000 metros en 59”1/5. Con Vázquez
suspendido, la monta volvió a caerle a Bracciale, y la yegua otra vez venció de
punta a punta y marcando un récord (1’08”3/5). Por 13 largos, tal cual había
vaticinado su peón.
Le
llegaba la hora de correr Frizette Stakes (USD 100.000) y Champagne Stakes,
carrera en la cual enfrentaría a los machos, entre ellos el invicto Foolish
Pleasure. Pero en la mañana del primer compromiso no comió bien y su entrenador
descubrió que tenía 38.5 de fiebre. Detectada una fisura en la rodilla de la
pata derecha, se le acabó la temporada. Junto con el resto de la cuadra de
Whiteley volvió al sur de California para pasar el invierno y estuvo parada
ocho semanas, tiempo en el que Dan Williams se convirtió en su nuevo peón. Para
Frank Whiteley, habitualmente reservado en sus declaraciones, Ruffian era el
mejor ejemplar que había entrenado. “A los dos años, cuando sólo había
disputado cinco carreras, era ya el mejor caballo que había visto nunca.” El
entrenador recibió en San Francisco el Premio Eclipse como Mejor Potranca de
Dos Años concedido a Ruffian. De haber completado la temporada, posiblemente
hubiera sido capaz de arrebatarle el título de Mejor Caballo del Año al gran
Forego.
En
abril, de regreso en Belmont Park, Squeaky Truesdale fue el jinete de los
galopes matutinos y Yates Kennedy el de los trabajos fuertes. A los tres años
la yegua se mostraba cada vez con más energía y carácter, y solo Truesdale era
capaz de llevarla un poco relajada. El 13 de abril Kennedy la montó en un
trabajo de 600 en 33”4/5, y otra vez apareció el bicho Whiteley. Sabiendo que
el trabajo no estaría publicado en la próxima edición del Daily Racing Form,
anotó a Ruffian en la octava carrera del día siguiente. Montada nuevamente por
un Vázquez admirado de su evolución, la yegua reprisó ganando sin esfuerzo por
5 cuerpos en 1’09”2/5, esta vez sin batir ningún récord. Ahora el objetivo
estaba en la Triple Corona para Potrancas de la Asociación de Carreras de Nueva
York (Acorn Stakes, Mother Goose Stakes y Coaching Club American Oaks).
En
el primero de los tres compromisos, la yegua por primera vez dejó a un rival
(Piece of Luck, montado por Ron Turcotte) galopar un cuerpo adelante en la
primera parte de la carrera. Cuando Vázquez evaluó que no toleraría mucho más
el correr contenida, la dejó libre y pasó a la puntera como parada abriendo una
luz de siete cuerpos. En la línea de sentencia la diferencia fue de 8 y ¼
largos.
Cuando
registró 47”3/5 para la primera parte
del Mother Goose Stakes (el parcial más lento de su carrera), entrenador y
jockey se mostraron contentos. Si Ruffian, habitualmente difícil de llevar, era
capaz de serenarse cuando tomaba la punta, guardándose energías para la
definición, tendría una mejor velocidad final con vistas a futuros desafíos con
pesos pesado como el joven Foolish Pleasure y el viejito Forego. En esta
carrera volvió a establecer un récord: 1’47”4/5.
En
el Coaching Club American Oaks, Vázquez repitió la estrategia de retenerla todo
lo que pudo, hasta que Equal Change se le arrimó a 1 ½ cuerpos. En ese momento
Ruffian se le distanció por 9 largos, y cruzó el disco con 13 de ventaja. Otra
vez ganaba rompiendo un récord, en esta oportunidad registrando 2’27”4/5 con
11”3/5 de final, pese a que su jockey en ningún momento la dejó correr como
ella quería. Si lo hubiera hecho, muchos especularon con que esa tarde Ruffian
hubiera batido el récord de pista de Secretariat. Se alzaba en forma brillante
con la Triple Corona para Potrancas.
A
esta altura había disputado diez carreras, manteniéndose invicta y liderando
las pruebas prácticamente de bandera a bandera. La suma de todos los márgenes
de sus victorias era de… ¡83 cuerpos! Había igualado dos récords de pista y se
había hecho con ocho récords de stakes. Llegaba la hora de subir otro escalón
para enfrentarse a los machos.
La NYRA (Asociación de Carreras de Nueva York)
planeaba hacer una “Carrera de Campeones” a finales de junio, reuniendo a todos
los ganadores de los clásicos norteamericanos, entre ellos Foolish Pleasure,
Master Derby y Avatar. A propósito de tal evento, la prestigiosa revista
Blood-Horse por entonces publicaba el siguiente comentario: “Hasta que éstos
potros no se midan con Ruffian, ninguno de ellos podrá reclamar el titulo de
Mejor Tres Años. No Creemos que ninguno sea capaz de batir a la gran potra de
Stuart Janney.” Al poco tiempo Avatar se volvió a California y la carrera
perdió atractivo, pero allí Monmouth Park ofreció una bolsa de 400.000 verdes
para un mano a mano entre Ruffian y Foolish Pleasure, promocionándolo como el
duelo “The Boy-Girl” (pucha con la inventiva yanqui). Por su parte la NYRA
ofreció organizar una carrera de tres caballos, pero se opusieron quienes
consideraban que en tal desafío el ganador del Preakness Stakes Master Derby tendría
ventajas, pues tanto Ruffian como Foolish Pleasure eran punteros rabiosos y si
desde el comienzo salían decididamente adelante, se quemarían dejándole una
carrera fácil al tercero en discordia. Finalmente la NYRA anunció una prueba
con 350.00 verdes en premios para el 6 de julio en Belmont Park, sobre 2000
metros. De pronto el jockey Jacinto Vázquez se encontraba inmerso en un
problema: tenía que optar entre Ruffian y el caballo que le había dado su
primera victoria en el Derby de Kentucky. Se decidió por la “Superpotra” (así
apodaban a la yegua en los círculos turfísticos estadounidenses).
Llegada
la carrera, Ruffian se golpeó un hombro en las gateras y salió después de
Foolish Pleasure, pero de todas formas partió velozmente y después de corridos
unos metros galopaba en una línea junto a su rival. Desembocados en la recta
final, se colocó medio largo adelante. Allí se desató la tragedia. El jockey
escuchó una especie de pequeño estallido, como si su dirigida hubiera tropezado
con algo, mientras el potrillo la superaba. Vázquez luchó por pararla sabiendo
que de continuar todo sería peor, y una vez que logró frenarla notó que tenía
una herida gravísima, pudiendo ver el hueso y los ligamentos desgarrados. La
gente corría hacia todas partes, mezcla de ganas de ayudar en algo y
desesperación, mientras Ruffian era llevada velozmente en ambulancia hasta el
box, donde comenzarían la pelea por su vida. El equipo de veterinarios luchó
primero por parar los efectos del golpe y la hemorragia, mientras trataban de decidir
qué hacer con la herida. Las oportunidades de sobrevivir para Ruffian se
reducían apenas a una pequeña esperanza, y los esfuerzos por salvarla en la
mesa de operaciones no dieron resultado. A pesar de haberla estabilizado y
curarle la pata, el shock post operación hizo que luchara por levantarse,
rompiendo la escayola que le habían puesto y causándole más lesiones. Evaluaron
efectuar una segunda intervención, pero se desestimó calculando que no
sobreviviría o aún haciéndolo rompería la escayola por segunda vez. La
fenomenal campeona no volvería a despertar. Se la lloró aún en ámbitos extra
turfísticos, y su suerte se consideró uno de los mayores desastres en la
historia de las carreras de Norteamérica.
Ruffian
está enterrada en el hipódromo de Belmont Park, con su cabeza mirando a la
línea de meta.
La historia de la gran yegua norteamericana
quedó plasmada en un film: Ruffian (2007). Directores: Yves Simoneau / David
Dwyer. Actores: Sam Shepard, Frank Whaley. Escritores:
Jim Burnstein, Garrett K. Schiff. Productores: Orly Adelson, Gideon Amir,
Kimberly C. Anderson, Jonathan Eskenas, Malcolm Petal.
En un artículo de La Nación del 26/2/99,
tiempos en los que era una constante buscar figuras del siglo, se informa
acerca de una encuesta de la revista norteamericana The Blood Horse para elegir
los 100 mejores caballos del turf norteamericano del siglo XX. Luego de las
votaciones, el marcador se hizo 1º Man O’ War, 2º Secretariat, 3º Citation, 4º
Kelso, 5º Count Fleet, 6º Dr. Fager, etc. La yegua mejor ubicada fue Ruffian,
en el puesto 35º.
Algunos videos:
Acom Stakes 1975
Ruffian: Documentary
Ruffian vs Foolish Pleasure. The Great Match. 1975
Mother Goose Stakes 1975
Acom Stakes 1975
Ruffian: Documentary
Ruffian vs Foolish Pleasure. The Great Match. 1975
Mother Goose Stakes 1975
Marcelo Fébula
* Un agradecimiento especial al jockey español Juan
Ignacio Escario, responsable de la excelente página jockeysite.com, quien permitió
utilizar datos allí consignados como fuente del presente artículo.