domingo, 26 de abril de 2015

Meld






   Meld, nacida en 1952, fue una de las grandes yeguas en la historia del turf británico, una de las cinco del siglo pasado que lograron ganar tres o más clásicos del máximo nivel en esas tierras. Era hija de Alycidon y Daily Double (de la famosa familia Double Life).

   Muy linda y fuerte físicamente, llegó segunda en su primera salida a las pistas, a un cuerpo de su compañera de boxes Queen’s Corporal. Un mes más tarde, salió de perdedora en una carrera sobre 1200 metros en Newmarket, y ya en ese momento su jockey Harry Carr sostenía que su dirigida sería una muy firme candidata a llevarse el Oaks.
   En las 1000 Guineas, pese a no haber disputado ninguna carrera preparatoria, sus trabajos matinales hacían que Carr reafirmara su opinión. Y la fija que se corría terminó ganando por 2 cuerpos sobre Abelardy, un margen algo estrecho para la suficiencia que la yegua mostró en todo el recorrido.
   En tiempos previos al Oaks, algunos especialistas sostenían que su gran punta de velocidad terminaría jugándole en contra para carreras de distancia, y dudaban que pudiera hacerse con una nueva victoria. Pero el fierro de Carr ni miró las contras. Aún sufriendo molestias y golpes en el codo, llegada al derecho final se deshizo de sus oponentes con facilidad y se encomendó limpiamente al disco.
   Llegado el tiempo de la exigente Coronation Cup, le salió al encuentro la muy buena yegua Gloria Nicky intentando cortarle la serie exitosa. Pero no hubo caso, Meld la venció incuestionablemente por 5 cuerpos. Cruzada la línea el jockey de Gloria Nicky comentaría que nunca había visto semejante cambio de velocidad en una yegua de carrera.
   Pasada la Coronation Cup, Newmarket fue duramente golpeado por una epidemia de tos, con la mayoría de los boxes afectados. En ésos días Meld trabajaba sola, con su equipo de trabajo intentando al máximo evitar cualquier posibilidad de contagio. Pese a haber estado tosiendo toda la noche previa al clásico St. Leger, igualmente estuvo entre los alineados en los partidores. Le tocó pelear con el muy duro Nucleus, piloteado por el experimentadísimo Lester Piggot, aunque en esta ocasión tampoco hubo ejemplar o fusta capaz de doblegarla. Con su singular temperamento, con sus extraordinarias aptitudes corredoras, terminó agregando una nueva victoria a su palmarés. Pero evidentemente no había podido zafar de la epidemia, y a la mañana siguiente del gran triunfo amaneció con fiebre y permaneció tendida en la paja del box por 48 horas.
   Afortunadamente pudo recuperarse, y ya con su nombre inscripto para siempre en los anales de las carreras británicas, se retiró al stud. Allí no sobresalió, aunque sí supo dar un gran campeón, Charlottown, ganador del Derby de Epsom 1966.
   Sintetiza nuestro amigo Ignacio Escario desde España: “Meld combinó la aceleración de un cohete con la elegancia de una bailarina de ballet”.


Marcelo Fébula.

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