Meld, nacida en 1952, fue una de las grandes yeguas en la
historia del turf británico, una de las cinco del siglo pasado que lograron
ganar tres o más clásicos del máximo nivel en esas tierras. Era hija de
Alycidon y Daily Double (de la famosa familia Double Life).
Muy linda y fuerte físicamente, llegó
segunda en su primera salida a las pistas, a un cuerpo de su compañera de boxes
Queen’s Corporal. Un mes más tarde, salió de perdedora en una carrera sobre
1200 metros en Newmarket, y ya en ese momento su jockey Harry Carr sostenía que
su dirigida sería una muy firme candidata a llevarse el Oaks.
En las 1000 Guineas, pese a no haber
disputado ninguna carrera preparatoria, sus trabajos matinales hacían que Carr
reafirmara su opinión. Y la fija que se corría terminó ganando por 2 cuerpos
sobre Abelardy, un margen algo estrecho para la suficiencia que la yegua mostró
en todo el recorrido.
En tiempos previos al Oaks, algunos
especialistas sostenían que su gran punta de velocidad terminaría jugándole en
contra para carreras de distancia, y dudaban que pudiera hacerse con una nueva
victoria. Pero el fierro de Carr ni
miró las contras. Aún sufriendo molestias y golpes en el codo, llegada al
derecho final se deshizo de sus oponentes con facilidad y se encomendó limpiamente
al disco.
Llegado el tiempo de la exigente Coronation
Cup, le salió al encuentro la muy buena yegua Gloria Nicky intentando cortarle
la serie exitosa. Pero no hubo caso, Meld la venció incuestionablemente por 5
cuerpos. Cruzada la línea el jockey de Gloria Nicky comentaría que nunca había
visto semejante cambio de velocidad en una yegua de carrera.
Pasada la Coronation Cup, Newmarket fue
duramente golpeado por una epidemia de tos, con la mayoría de los boxes
afectados. En ésos días Meld trabajaba sola, con su equipo de trabajo
intentando al máximo evitar cualquier posibilidad de contagio. Pese a haber
estado tosiendo toda la noche previa al clásico St. Leger, igualmente estuvo
entre los alineados en los partidores. Le tocó pelear con el muy duro Nucleus,
piloteado por el experimentadísimo Lester Piggot, aunque en esta ocasión
tampoco hubo ejemplar o fusta capaz de doblegarla. Con su singular
temperamento, con sus extraordinarias aptitudes corredoras, terminó agregando una
nueva victoria a su palmarés. Pero evidentemente no había podido zafar de la
epidemia, y a la mañana siguiente del gran triunfo amaneció con fiebre y permaneció
tendida en la paja del box por 48 horas.
Afortunadamente pudo recuperarse, y ya con
su nombre inscripto para siempre en los anales de las carreras británicas, se
retiró al stud. Allí no sobresalió, aunque sí supo dar un gran campeón,
Charlottown, ganador del Derby de Epsom 1966.
Sintetiza nuestro amigo Ignacio Escario
desde España: “Meld combinó la aceleración
de un cohete con la elegancia de una bailarina de ballet”.
Marcelo Fébula.
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